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El invierno ralentizará las operaciones militares en el campo de batalla ucranianoAFP

El escenario de invierno, ¿abre la posibilidad de un «alto el fuego»?

Las fuerzas que luchan contra el hielo y la nieve están sometidas a una gran adversidad

El período de frío y barro en Ucrania está dando paso al hielo y la nieve. Las opiniones difieren sobre qué parte beligerante está más perjudicada. Una cosa es indiscutible, el invierno exige mucho de los soldados.

La guerra se adentra en un segundo invierno. Las primeras nevadas están cayendo desde hace semanas, en distintas partes del país.

El barro se congela y la lluvia se convierte en hielo y nieve, Las temperaturas están cayendo tanto durante el día que casi nunca superan el punto de congelación, en secciones importantes del frente.

Debido a los constantes ataques con cohetes rusos sobre las infraestructuras críticas. La población civil ya experimenta un invierno difícil.

La gente muere, la electricidad y el suministro de agua se cortan regularmente. Los efectos de la estación fría en el frente aún se desconocen. Algunos expertos sugieren la necesidad de un alto el fuego. Otros piden que continúe la lucha.

El New York Times destacaba, a mediados de noviembre, que ambos bandos necesitarían regenerar sus fuerzas armadas aludiendo al Jefe del Estado Mayor de Estados Unidos, Mark A. Milley, diciendo que «una pausa en la lucha sería un buen momento para iniciar conversaciones».

Una sugerencia que fue rápidamente rechazada por Kiev y ha provocado debate entre los expertos occidentales.

Por ejemplo, Ben Hodges, excomandante de las fuerzas terrestres estadounidenses en Europa, dice que Ucrania debería seguir luchando.

Hodges no cree en la tesis de que los soldados rusos se desenvuelven mejor bajo un frío severo, como ocurrió en la defensa de Leningrado y Stalingrado, durante la Segunda Guerra Mundial.

Más bien supone que son los ucranianos quienes tienen ventaja en su propio terreno. Hodges incluso cree que «no se puede descartar un colapso del ejército ruso» si la lucha continúa en el invierno.

En la Conferencia de Seguridad de Berlín, se dijo que una pausa ayudará a la parte rusa a recomponer sus fuerzas debilitadas y desmoralizadas.

Suministros, municiones, equipo y calzado de invierno, instalaciones de calentamiento para los jóvenes soldados, podría marcar la diferencia.

En cualquier caso, es indiscutible que las fuerzas que luchan contra el hielo y la nieve están sometidas a una gran adversidad.

Para poder resistir incluso en sus posiciones, las tropas necesitan ropa abrigada y seca, así como lugares donde refugiarse.

Además, en gran medida no existe una cubierta natural de vegetación sobre el terreno en que se está combatiendo. Para la infantería es difícil moverse discretamente en el terreno.

El frío también impone mayores exigencias a los equipos de guerra: el consumo de combustible aumenta significativamente y, según el sistema de armas, también aumenta el desgaste.

Por lo tanto, la demanda de suministro está aumentando, mientras que al mismo tiempo la velocidad de suministro está disminuyendo, dadas las condiciones climáticas. Además, los días son más cortos y reducen las oportunidades de combate.

A pesar de estas limitaciones, otros expertos occidentales no esperan que los frentes se congelen.

En una de sus evaluaciones de situación el fin de semana pasado, el Instituto Estadounidense de Estudios de Guerra escribió que es más probable que la velocidad de las operaciones aumente nuevamente tan pronto como las temperaturas permitan que el suelo se congele.

Falta ropa de invierno para los soldados rusos, se dice que los reclutas nuevos reciben ropa de invierno de Corea del Norte.

Los ucranianos, sin embargo, reciben el material de Noruega y Alemania. Berlín ya ha entregado 116.000 chaquetas de protección contra el frío, 80.000 pantalones de protección contra el frío y 240.000 gorros de invierno, así como 116 «calentadores de campo».

Además, hasta el momento se han enviado 13.500 proyectiles de artillería para obuses autopropulsados, y otros 6.500 están en preparación.

Sin embargo, los mandos militares de países experimentados en inviernos muy fríos, como Noruega y Finlandia, son menos optimistas.

El jefe del Estado Mayor finlandés, Timo Kivinen, dijo que depende de las temperaturas bajo cero, pero en general la guerra se está volviendo «más estática».

De otra parte, el general noruego, Elrik Kristofferson, reiteró la opinión de que una congelación del conflicto beneficiaría más a Rusia que a Ucrania, y que sería bueno para Occidente ampliar la ayuda a Ucrania, para incrementar su ventaja.

Algunos analistas también señalan que el liderazgo ruso, actualmente, se está expandiendo económica y logísticamente en su esfuerzo bélico.

Los analistas militares Watling y Michael Kofman no esperan una gran ofensiva como la de Járkov, a finales del verano, más bien: «El objetivo de las fuerzas armadas ucranianas consistirá en evitar que las tropas rusas se reconstituyan en invierno», confiando en su propia ventaja de sistemas de armas de largo alcance y óptima precisión, suministrados por Occidente, eso afirma Kofman.

Alemania está haciendo una contribución mayor a la causa ucraniana, confirmó el Ministerio de Defensa, afirmando que está suministrando siete tanques antiaéreos «Gepard» añadidos a treinta que ya están en uso.

En cualquier caso, si no hay tregua ni respiro y la lucha continúa en el invierno, dos estrategias de desgaste chocarán: se abre un periodo difícil en esta contienda para unos y otros.