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El exmarine Paul Whelan en una celda durante el juicio en su contra en RusiaCaptura redes sociales

Paul Whelan: el marine defenestrado por EE.UU. que Putin retiene como rehén

Rusia propone intercambiar al marine estadounidense por un sicario de sus servicios secretos encarcelado en Alemania por asesinato

La reciente liberación de la jugadora de baloncesto Brittney Griner a cambio del traficante de armas ruso Viktor Bout ha dejado un sabor agridulce en Estados Unidos.

La Casa Blanca ha tratado de vender como una victoria el regreso a casa de la deportista condenada a prisión tras ser detenida en el aeropuerto de Moscú con una dosis de aceite de cannabis para cigarrillos electrónicos en su equipaje.

Sin embargo, el objetivo de la Administración Biden era lograr un dos por uno y conseguir también la liberación del exmarine Paul Whelan.

Pero no ha sido posible. El Kremlin se negó de forma rotunda a dejar escapar a una pieza tan valiosa. Incluso algunos rumores, desmentidos por la Casa Blanca, señalan que Rusia habría aceptado en un principio la liberación tanto de Griner como de Whelan, y se habría echado atrás en el último minuto.

¿El motivo? Rusia quiere un triunfo aún mayor que el haber liberado a Viktor Bout. Quiere intercambiar al exmarine Whelan por el sicario de los servicios secretos rusos Vadim Krasikov, condenado a prisión en Alemania por asesinar en Berlín en 2019 a un rebelde checheno.

La demanda del Kremlin sorprende por el hecho de que la liberación de Krasikov no depende del gobierno de Estados Unidos, sino del alemán, ya que fue condenado por un tribunal alemán, por un asesinato cometido en suelo alemán y está encarcelado en una cárcel alemana.

Pese a esa circunstancia, la demanda rusa no sorprende: el Kremlin siempre ha ninguneado a los países europeos a los que considera meras colonias de Estados Unidos y Reino Unido.

Detenido en Moscú en 2018, acusado de espiar para Estados Unidos y condenado a 16 años de prisión en 2020, Paul Whelan era un asiduo a los viajes por Rusia, país que visitaba con frecuencia, incluso viajó a Moscú y San Petersburgo durante algunos de los permisos cuando servía en los Marines en 2006 y 2007.

Según la CNN, el 22 de diciembre de 2019 viajó una vez más a Moscú para asistir a la boda de un amigo, militar estadounidense retirado.

Lo que no sabía Whelan es que los servicios de inteligencia rusos seguían su rastro desde hacía tiempo. El exmarine había cometido varios errores que lo convirtieron en «persona de interés» para las agencias rusas de espionaje.

El principal error fue crearse un perfil en la red social rusa Vkomtakte, sucedáneo ruso de Facebook, con su nombre, apellidos y fotografía real, y comenzar a publicar contenido sobre sus actividades privadas en Rusia.

Finalmente, lo detuvieron en plena calle mientras dirigía una visita turística por la capital rusa a un grupo de invitados a la boda.

Las autoridades rusas, señala la CNN, acusaron a Whelan de ser el responsable de un dispositivo de espionaje de Estados Unidos en Rusia.

Después de un juicio de un mes de duración, se le sentenció a 16 años de prisión y trabajos forzados en una cárcel de Mordovia. Allí, continúa la información de la CNN, trabaja en una fábrica de confección de ropa a la que Whelan se refiere como «taller de explotación».

Nacido en Canadá de padres británicos, Whelan es un profesional de las empresas de seguridad.

Durante 14 años sirvió en la Infantería de Marina, hasta que fue despedido en 2008 por tratar de robar 10.410 dólares, por suplantar a otra persona en su perfil de la Seguridad Social y por extender cheques sin fondos.

En contra, los defensores de su causa destacan que, a pesar del deshonor de las condenas, sirvió en Irak en dos misiones en 2004 y 2006, por lo que lo consideran un héroe.

Pese a todo, Whelan defiende su inocencia y exige su liberación. En una entrevista a la CNN mostró su alegría por la liberación de Griner, pero denunció que el Gobierno estadounidense le hizo creer que el acuerdo para su regreso a casa estaba prácticamente hecho.

«No entiendo por qué sigo sentado aquí», lamentó con amargura.