306 días de guerra en Ucrania
Putin no reconoce errores en Ucrania: «Estamos haciendo lo correcto»
Rusia sigue enconada en su justificación de la guerra en Ucrania y no parece dar muestras ni de que esté dispuesta a recular ni a reconocer errores.
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En un asombroso ejercicio de inconsciencia respecto a lo que está sucediendo en el campo de batalla ucraniano, donde las tropas rusas encadenan derrota tras derrota y humillación tras humillación, el presidente ruso Vladimir Putin afirmó que «estamos haciendo lo correcto».
Al mismo tiempo, su ministro de Exteriores, Sergei Lavrov, insistió en que Ucrania debe reconocer la soberanía rusa sobre las regiones de Donetsk, Lugansk, Jersón y Zaporiyia, las cuatro regiones ocupadas y anexionadas ilegalmente a la Federación Rusa, o de lo contrario «el Ejército ruso tomará medidas».
Lavrov llevaba semanas en una discreta segunda línea mediática después de meses de hiperactividad diplomática.
Su silencio resultaba tan atronador que algunos rumores señalaban que podría haber caído en desgracia y que se preparaba su destitución.
Sin embargo, la agencia oficialista rusa TASS le ha dedicado una larga entrevista en la que he lanzado una vez más sus envenenadas flechas contra Ucrania y sus aliados occidentales.
Las respuestas de Lavrov volvieron a navegar entre la arrogancia y las amenazas apocalípticas en caso de que Kiev y Washington no se plieguen a las exigencias de Moscú.
El ministro de Exteriores ruso, obviando los catastróficos fracasos rusos en el campo de batalla en los últimos meses –que le llevó a perder casi toda la región de Jarkov, gran parte de la de Jersón y que parece que se prepara para nuevos repliegues en Zaporiyia y en Donetsk– e insistió en que Ucrania debe claudicar ante Rusia.
Lavrov insistió en que «el enemigo (Ucrania) debe plegarse a nuestras peticiones de desmilitarización y desnazificación de los territorios controlados por el régimen».
Además, Kiev, exigió Lavrov, «debe eliminar las amenazas a la seguridad de Rusia, incluidas de nuestras nuevas tierras, las regiones de Donetsk, Lugansk, Jersón y Zaporiyia».
Son exigencias «bien conocidas por el enemigo», repitió. «Sólo pueden hacer una cosa, cumplirlas antes de que sea demasiado tarde. De lo contrario, será el Ejército ruso el que les obligue», amenazó.
Lavrov contestaba así al plan de paz propuesto por el presidente ucraniano Volodimir Zelenski con 10 puntos que Rusia debería cumplir.
Entre otros puntos, Zelenski exige a Rusia la retirada completa de los territorios ucranianos ocupados, incluida Crimea, el pago de reparaciones de guerra y la entrega de los criminales de guerra para que sean juzgados por un tribunal internacional.
El ministro ruso de Exteriores rechazó esas exigencias e incidió en que la paz sólo será posible bajo los términos rusos.
En cuanto a la duración de la guerra, denunció que «Estados Unidos está haciendo todo lo posible para prolongar el conflicto y hacerlo más violento». Su objetivo, aseguró, «es destruir nuestro país».
Putin: «Estamos haciendo lo correcto»
La entrevista de Lavrov se publica dos días después de las declaraciones del presidente ruso Vladimir Putin en las que aseguró que Rusia está lista para negociar con las partes implicadas en la guerra de Ucrania.
Sin embargo, acusó a Kiev de bloquear todas las iniciativas de conversaciones de paz. Durante la entrevista concedida por el mandatario ruso a la televisión estatal Rossiya 1, Putin insistió en que «no somos nosotros los que nos negamos a negociar, son ellos».
En la entrevista, Putin no mostró ningún signo de autocrítica respecto a la invasión a Ucrania: «Estamos actuando en la dirección correcta», defendió, «estamos defendiendo nuestros intereses nacionales, los intereses de nuestros ciudadanos, de nuestra gente».
Putin, que aseguró que la situación en Ucrania «no es peligrosa», en el sentido de que, según él, no hay riesgo de escalada nuclear, justificó su agresión a Ucrania con el argumento de que «nuestros enemigos tienen como objetivo dividir Rusia, la Rusia histórica».
Ese concepto, «Rusia histórica», al igual que el concepto «Mundo ruso», son habituales en la retórica de Putin y de los nacionalistas rusos para referirse a una idea imperial de Rusia que abarcaría amplias zonas de países independientes, incluida Ucrania, Bielorrusia, Moldavia, partes de Polonia y los países bálticos.
Putin reconoció que la guerra en Ucrania se ha planteado como un momento decisivo para resarcir al pueblo ruso del derrumbe de la Unión Soviética en 1991.
En contra de lo que se ha publicado en los medios occidentales tras la difusión de la entrevista, para el Institute for the Study of War (ISW) las declaraciones de Putin no muestran predisposición alguna al diálogo.
Además, Putin insistió en presentar la guerra de Ucrania no como una guerra contra el Ejército ucraniano y el gobierno legítimo de Kiev, sino como una guerra contra la OTAN y Estados Unidos.
Es la fórmula empleada por el Kremlin para justificar ante la sociedad rusa, y en especial ante los sectores más militaristas y ultranacionalistas, los continuos fracasos frente a un ejército mucho más pequeño, como es el ucraniano, que ha dejado ya cerca de 100.000 soldados rusos muertos.