Perú
Un mes de crisis en Perú o cómo ser Dina Boluarte y no quemarse en el poder de un país en llamas
La primera mujer en gobernar Perú y la sexta persona en ocupar la presidencia en cinco años, resiste en un país en permanente crisis política
Dina Boluarte cumple un mes de accidentado y dramático mandato en Perú. 22 muertos en las protestas que piden su renuncia, son el saldo trágico de esta crisis desatada tras la destitución de su predecesor, Pedro Castillo.
En la región de Puno (sur), donde se concentra el grueso de las movilizaciones, los enfrentamientos entre manifestantes y las fuerzas de seguridad recobran intensidad. El clima de violencia resucita tras una ligera tregua navideña.
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De 60 años, la primera mujer en gobernar Perú y la sexta persona en ocupar la presidencia en cinco años, a duras penas ha logrado cumplir cuatro semanas de mandato. El país vive en una permanente crisis política, la corrupción forma parte de su naturaleza y la clase política se aferra a los espacios de poder con la mano abierta para recibir sobornos.
Dina Boluarte pasó de ser la número dos del Gobierno a convertirse en jefa del Estado mientras su antecesor aguarda un proceso judicial que se anticipa duro y con una condena prácticamente garantizada pro su intentona golpista.
La presidenta trata de aproximarse a los peruanos que agitan las calles. A ellos se dirige en quechua, la lengua que se habla en buena parte de las zonas rurales, campesinas e indígenas del sur del país. Hasta el momento no parece haber logrado conmoverlos.
Las revueltas estallaron el 7 de diciembre, luego de que Boluarte sustituyera a un desgastado Pedro Castillo que, a la desesperada, intentó remedar, por las bravas, un autogolpe al estilo Fujimori.
Sin respaldo legislativo, popular ni de los medios de comunicación, el presidente más incapaz de la historia, terminó destituido por el Congreso y detenido por rebelión cuando trataba de buscar refugio político en la Embajada de México.
Ironías del destino, los sectores de derecha que antes promovían su caída, ahora la respaldan
Aunque se considera de izquierda, la presidenta, a la vista de las comunidades indígenas que apoyan a Castillo, es una traidora. Ironías del destino, los sectores de derecha que antes promovían su caída, ahora la respaldan.
Para contener la primera arremetida de protestas, Boluarte autorizó la intervención de las Fuerzas Armadas y decretó el Estado de emergencia.
En diciembre, 22 personas murieron en enfrentamientos, varias baleadas en choques con militares y unas 600 resultaron heridas.
Sendero Luminoso
El gobierno denuncia una estrategia organizada para atacar los activos críticos del país, como aeropuertos, y asegura que es promovida en parte por personas ligadas a la guerrilla maoísta Sendero Luminoso, que sembró el terror en el Perú entre 1980-2000.
La Fiscalía investiga la gestión de Boluarte por las muertes, bajo cuestionamientos de un uso excesivo de la fuerza y denuncias de asesinatos de personas que no protestaban.
Las manifestaciones piden la renuncia de Boluarte, el cierre del Congreso y la convocatoria inmediata a elecciones.
Las protestas se reactivaron el pasado miércoles en al menos 29 de las 195 provincias del país, una menor proporción respecto de diciembre.
Estas ocurren en Cusco, Puno, Madre de Dios (sureste) Ica (suroeste), Apurímac (centro sur), Moquegua, Tacna (sur), Huánuco, Junín (centro) y Cajamarca (norte). Son sectores donde Castillo, un maestro rural, todavía tiene apoyo.
El politólogo Alonso Cárdenas reflñexiona:«El gobierno de Boluarte es extremadamente débil, como demuestra el hecho de que recurra a la fuerza. (...) Ha amainado la respuesta dura militar (...) pero el Gobierno ya está seriamente afectado por su pecado de origen».
Boluarte convocó la próxima semana al «Acuerdo Nacional», foro que reúne a los poderes del Estado, sociedad civil, agrupaciones religiosas, gremios empresariales y trabajadores. «Abordaremos los temas urgentes para lograr la paz social», anunció.
Elecciones en abril del... 2024
En un intento por sofocar la crisis, el Parlamento aprobó adelantar las elecciones de 2026 para abril de 2024, pero no ha sido suficiente y el plazo es demasiado lejano.
Alberto Adrianzén, cientista político, recuerda la hoja de ruta o promesas de la exvicepresidenta y el desafío inmediato.«Boluarte –asegura– tendrá que negociar sobre elecciones anticipadas (...) y un referendo sobre la creación de una Asamblea Constituyente» que pretende reformar la Constitución de 1993. Sobre este punto resulta evidente que no encuentra consenso.
El polvorín que atiza Evo Morales
Perú responsabiliza al expresidente de Bolivia Evo Morales, aliado de Castillo, de azuzar las protestas en Puno y analiza prohibirle la entrada a Perú.
Boluarte llamó a consulta a sus embajadores en México, Argentina, Colombia y Bolivia, cuyos gobiernos respaldan a Castillo y no reconocen su gobierno. Todos ellos siguen la estela bolivariana y las directrices que marca el Grupo de Puebla o el Foro de Sao Paulo.
Tras la detención de Castillo, su esposa, la evangélica ultra practicante, Lilia Paredes, y sus dos hijos se asilaron en México. La decisión sirvió en bandeja que Boluarte pidiera al embajador mexicano retirarse del país.
La fiscalía peruana también nada tras los pasos de la mujer de Castillo. Ha pedido 36 meses de prisión para ella como integrante de una organización criminal que traficaba influencias en el gobierno de su esposo. La corrupción y la ineficacia fueron los dos elementos que marcaron la efímera administración de Pedro Castillo.