Putin y Xi Jinping se disfrazan de demócratas y condenan el asalto a las instituciones de Brasil
El régimen de Pekín respalda el plan de Lula para restablecer el «orden y la estabilidad» en el país
China y Rusia, las dos más grandes y poderosas autocracias del mundo han cerrado filas a favor de las instituciones democráticas de Brasil, tras el asalto a las mismas el pasado domingo.
El Kremlin condenó este lunes la intrusión de los simpatizantes del expresidente Jair Bolsonaro a las sedes de los poderes del Estado brasileñas y afirmó que «apoya plenamente» al dirigente izquierdistas, Luiz Inácio Lula da Silva.
«Condenamos de la manera más firme las acciones de los instigadores de disturbios y apoyamos plenamente al presidente brasileño Lula da Silva», declaró a la prensa el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov.
Por su parte, el régimen de Pekín expresó que apoya «las medidas tomadas» por el Gobierno brasileño para «restaurar el orden y la estabilidad» tras el asalto al Congreso de Brasil por parte de miles de seguidores del expresidente Bolsonaro.
«China apoya las medidas tomadas por el Gobierno brasileño para restaurar el orden y la estabilidad. Creemos que bajo el liderazgo del presidente Lula, Brasil mantendrá la estabilidad nacional y la armonía social», dijo hoy el portavoz de Exteriores Wang Wenbin.
Centenares de brasileños seguidores de Bolsonaro que no reconocen la victoria de Lula el pasado 30 de octubre, irrumpieron este domingo en el Congreso Nacional, así como en la Corte Suprema y en el Palacio de Planalto, la sede de la Presidencia.
Pidieron además la intervención de las Fuerzas Armadas para derrocar a Lula, que asumió la Presidencia hace una semana.
Hasta el momento, hay 300 detenidos por los actos del domingo, que fueron ampliamente condenados por todas las instituciones de Brasil y por la comunicad internacional.