Fundado en 1910

Manifestación a favor de la democracia en Sao Paulo, BrasilAFP

Brasil  Miles de brasileños condenan el asalto a las instituciones y se manifiestan en defensa de la democracia

Lula da Silva mantuvo una reunión con 23 de los 27 gobernadores durante la noche de este lunes en Brasilia, donde aclaró que no se va a permitir «que la democracia se escape de nuestras manos»

El pasado ocho de enero un tsunami de partidarios de Bolsonaro asaltó el Congreso de Brasil y arrasó a su paso, ante la ausencia tanto del expresidente como del actual mandatario, Luiz Inácio Lula da Silva, que por motivos de la agenda presidencial se encontraba fuera del Palacio de la Alborada.

El presidente mantuvo una reunión con 23 de los 27 gobernadores durante la noche de este lunes en Brasilia, donde aclaró que no se va a permitir «que la democracia se escape de nuestras manos». Tras la reunión de urgencia se mostró ante el mundo como un líder con fuerza y bajó la rampa del Palacio de Planalto, la casa de Gobierno –que sufrió daños considerables–, con los jefes estatales hacia la Corte Suprema.

Lula da Silva, junto a otras autoridades de Brasil, en su paseo desde el Palacio de Planalto hasta la Corte SupremaAFP

Lula da Silva señaló que «lo que pasó estaba previsto. Las personas en las calles y frente a los cuarteles no tenían agenda ni reivindicaciones». Asimismo, el mandatario brasileño recalcó que los simpatizantes radicales de Bolsonaro que protagonizaron el golpe fallido solo querían «negar el resultado del proceso electoral, intentando demostrar que hay fallas, inexistentes, en las urnas».

En esta reunión de urgencia con los gobernadores y los presidentes de los poderes legislativo y judicial del país, Lula quiso tomar las riendas y buscar una solución a este problema interno que divide Brasil: «Vamos a encontrar a quien financió y costeó. Yo soy especialista en campamentos y en huelgas y es imposible estar dos meses sin tener financiación para garantizarles el pan de cada día, No vamos a ser autoritarios, pero vamos a investigar».

De momento, según el ministro de Justicia y Seguridad, Flavio Dino, 1.500 personas ya han sido detenidas por los desmanes.

Manifestaciones en contra del golpe

Pancartas de «Democracia en paz», «Brasil contra el terrorismo», «El fascismo no vencerá» o «Sin amnistía contra los golpistas» bañaron el día de ayer las calles de las principales ciudades de Brasil. Miles de personas se congregaron para condenar públicamente los ataques del domingo perpetrados a las sedes de los tres poderes por los bolsonaristas radicales que buscaban derrocar el Gobierno.

Imagen de las manifestaciones a favor de la democracia y en contra del golpe protagonizado por los bolsonaristas radicales, en Sao PauloAFP

La avenida Paulista, principal vía de Sao Paulo, se tiñó de rojo, con miles de manifestantes que pedían la condena de los golpistas. Lo mismo ocurrió en la plaza Cinelandia de Río de Janeiro –conocida por ser la principal sede de protestas del país–, donde cientos de brasileños se congregaron para decir «no al terrorismo» bajo un techo de paraguas como cobijo para la lluvia.

«¡Sin amnistía, sin amnistía, sin amnistía!» fue la banda sonora de todas las manifestaciones, así como los gritos a favor de la democracia y las peticiones de encarcelamiento para Bolsonaro, que se encuentra hospitalizado en Florida por una una molestia en el abdomen, zona en la que fue apuñalado en 2018 durante un mitin, según informó este lunes su esposa, Michelle.

Apoyo e invitación de Biden a Lula

Los actos vandálicos ocurridos en domingo en Brasilia han sido condenados por la comunidad internacional, encabezada por el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, que a través de una llamada telefónica ha brindado respaldo al líder de Brasil.

Según un comunicado de la Casa Blanca, «Biden expresó el apoyo inquebrantable de Estados Unidos a la democracia de Brasil y a la voluntad libre del pueblo brasileño como fue expresada en las recientes elecciones presidenciales que Lula ganó». Igualmente, el líder estadounidense invitó a Lula da Silva a visitarlo en Washington «a principios de febrero».

Aunque varios dirigentes del partido de Biden presionaron para que Bolsonaro fuese expulsado de Estados Unidos, el portavoz del Departamento de Estado, Ned Price, dijo hoy en una rueda de prensa que su país está a la espera de cualquier petición de ayuda de las autoridades de Brasil en las investigaciones relativas al ataque del domingo.