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Policías antidisturbios accedieron este domingo al palacio presidencial de Planalto, sede del Gobierno de Brasil, que está tomado por cientos de seguidores radicales del expresidente Jair Bolsonaro, en Brasilia (Brasil)

Policías antidisturbios accedieron este domingo al palacio presidencial de Planalto, sede del Gobierno de Brasil, que está tomado por cientos de seguidores radicales del expresidente Jair Bolsonaro, en Brasilia (Brasil)EFE

Caos en Brasil

Bolsonaro se desmarca de «los saqueos e invasiones» de las instituciones brasileñas

El expresidente brasileño ha tardado varias horas en condenar los hechos y una vez que las fuerzas de seguridad habían expulsado a sus seguidores

No ha sido hasta la 1:17 de la madrugada, hora española, cuando el expresidente brasileño Jair Bolsonaro ha condenado el asalto a las instituciones brasileñas llevado a cabo por miles de sus seguidores unas horas antes. Lo ha hecho una vez que las fuerzas y cuerpos de seguridad ya habían expulsado a los bolsonaristas y recuperado el control de los inmuebles.

«Las manifestaciones pacíficas, en forma de ley, son parte de la democracia. Sin embargo, los saqueos e invasiones de edificios públicos como las ocurridas hoy, así como las practicadas por la izquierda en 2013 y 2017, escapan a la regla», ha expresado el exmandatario –que se encuentra en Orlando (Estados Unidos) desde que abandonó la Presidencia– en su cuenta de Twitter.

El líder de la derecha brasileña, que perdió los últimos comicios en favor de Lula da Silva por un escasísimo margen, ha salido, así, al paso de las acusaciones contra él de estar detrás de la invasión producida este domingo en Brasilia al Congreso Nacional, la sede del Tribunal Supremo y el Palacio presidencial de Planalto.

«A lo largo de mi mandato siempre he estado dentro de las cuatro líneas de la Constitución, respetando y defendiendo las leyes, la democracia, la transparencia y nuestra sagrada libertad», ha señalado Bolsonaro en otro tuit. En un tercero y último sobre este asunto, el exdirigente del Partido Liberal ha indicado que «además, repudio las acusaciones, sin pruebas, que me atribuyó el actual jefe del Ejecutivo de Brasil».

Las acusaciones de Lula

Bolsonaro hace referencia a un tuit en el que el actual presidente de Brasil señala que «hay varios discursos del expresidente alentando eso –las invasiones–. Y esa es también su responsabilidad y la de los partidos que lo apoyaron».

Lula, que se encontraba de viaje en Araraquara, en el interior del estado de São Paulo durante las tres horas que ha durado el asalto, ya está en la capital, donde ha inspeccionado personalmente los desperfectos causados en el palacio presidencial por los manifestantes.

El dirigente izquierdista ha advertido en un discurso retransmitido por televisión que los «vándalos fascistas» serán «encontrados» y «castigados». Por ahora, las autoridades brasileñas han informado de la detención de tres centenares de personas en relación con las invasiones a las instituciones del país.

Durante el asalto al palacio presidencial, algunos manifestantes han llegado a robar varias armas de fuego guardadas en el Gabinete de Seguridad Institucional, así como munición y documentos.

Condena unánime

Unos hechos que han suscitado una condena unánime a nivel internacional, dentro de Brasil y también por parte de la formación política de Bolsonaro, que ha emitido un comunicado en el que ha repudiado «vehementemente este tipo de actitud. Y que la ley sea cumplida fortaleciendo nuestra democracia», en palabras del presidente del Partido Liberal, Valdemar Costa.

Los asaltos se han producido tras una manifestación en la que miles de brasileños han exigido una intervención militar para derrocar a Lula da Silva, al que consideran un gobernante ilegítimo que ha accedido a las instituciones debido a un fraude electoral.

Da Silva es presidente de Brasil desde el pasado 1 de enero, después de su paso por la cárcel condenado por delitos de corrupción y de ganar las elecciones del pasado octubre, en segunda vuelta, por una estrecha ventaja, con el 50,9 % de los votos frente al 49,1 % de Bolsonaro. El mandatario del Partido de los Trabajadores ya había sostenido las riendas del país sudamericano entre 2003 y 2011.

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