Giorgia Meloni tras la detención del capo de la Cosa Nostra: «Es una gran victoria del Estado»
La detención este lunes en Palermo del capo de la Cosa Nostra siciliana Matteo Messina Denaro ha sido «una gran victoria del Estado que demuestra que no hay que rendirse ante la mafia».
Así lo cree la presidente del consejo de ministros de Italia, Giorgia Meloni, que felicitó a las fuerzas policiales por el ansiado éxito ante la mafia.
Meloni se trasladó a Palermo este lunes horas después de producirse la detención para reunirse con el fiscal del distrito de Palermo, Maurizio de Lucia, los jueces que han coordinado las investigaciones y los Carabinieri de las fuerzas especiales ROS que han ejecutado la detención.
Messina Denaro, huido desde hacía 30 años, cayó en poder de los Carabinieri cuando se encontraba en la clínica privada La Maddalena de Palermo, donde se estaba tratando de un cáncer, según apuntaron la prensa italiana.
Meloni, en una publicación en Twitter, destacó que la detención de Messina Denaro, de 60 años, se produjo el día después del aniversario de la detención del histórico líder del clan de los Corleonesi, Totò Riina.
«La lucha contra la criminalidad mafiosa continuará sin tregua», advirtió Meloni en un contundente comunicado difundido posteriormente por el Palazzo Chigi, sede del gobierno italiano.
Messina Denaro, apodado Diabolik, se había convertido en la bestia negra de las autoridades judiciales y policiales italianas.
Su detención y entrega a la justicia era una prioridad para el Estado italiano. Tras décadas de operativo de búsqueda en todo el mundo, el Capo di tutti i capi fue detenido en la misma Palermo, donde continuó su actividad en la clandestinidad protegido por una enredada estructura de lealtades.
El líder mafioso era el último de los grandes jefes de la Cosa Nostra. Asumió el control de los Corleonesi en 2006 tras la detención del anterior líder Bernardo Provenzano, que a su vez sustituyó a Riina, detenido en 1993.
Denaro fue una de las piezas clave en la ofensiva terrorista de 1992 y 1993 con atentados en Roma, Milán y Florencia, y el asesinato de los jueces antimafia Giovanni Falcone y Paolo Borsellino.
El secuestro, la extorsión, la tortura y el asesinato se convirtieron en el procedimiento habitual de Denaro.
Su buena estrella, sin embargo, se apagó con el secuestro y asesinato del niño de 13 años Giuseppe Di Matteo, a quien disolvió en ácido como castigo a su padre, el también mafioso Santino Di Matteo, por colaborar con la justicia.
«Tras treinta años de huida el superbos Matteo Messina Denaro ha terminado con esposas», tuiteó también el socio de gobierno de Meloni y viceprimer ministro Matteo Salvini.
«Antes o después, los más grandes criminales de Italia fugados acaban detenidos y entregados a la justicia. Es un buen día para Italia que sirve de advertencia a los mafiosos: las instituciones y nuestros héroes de uniforme no se rinden jamás», concluyó.
El presidente de la República, Sergio Matterella, también expresó durante una conversación telefónica con el ministro del Interior, su satisfacción por la operación de los Carabinieri.
Pero tal vez, la reacción más elocuente ha sido la del alcalde de Castelvetrano, Enzo Alfano, localidad local del capo: «Se ha terminado una pesadilla».