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Ramzan Kadyrov Chechenia

El presidente checheno, Ramzan KadyrovAFP / Getty Images

338 días de guerra en Ucrania

El líder checheno Ramzan Kadyrov gana la «guerra de las barbas» frente al alto mando ruso

Un diputado ruso respaldado por el general Valery Gerasimov propuso exigir que todos los soldados rusos, incluidos los chechenos, se afeiten

Las tensiones étnicas y sociales entre las dispares tropas rusas que participan en la invasión y ocupación de Ucrania se disparan en medio de las grandes carencias y desorganización interna del Ejército ruso.

Las peleas entre las tropas de origen eslavas y aquellas procedentes del Cáucaso, el extremo oriente ruso o las estepas de la Rusia centroasiática, son constantes y hasta una cuestión aparentemente banal como las barbas puede desatar un connato de «guerra civil» entre soldados rusos.

No se trata de una afirmación metafórica: el intento de obligar a los soldados rusos en Ucrania a afeitarse desató la ira del líder checheno, Ramzan Kadyrov, y causó un connato de rebelión entre sus combatientes.

El incidente demuestra la fragilidad de la lealtad de los chechenos al alto mando ruso, a pesar de los exaltados discursos patrióticos de Kadyrov y de sus aduladoras palabras dedicadas al presidente ruso, Vladímir Putin.

La chispa saltó cuando el militar retirado y miembro de la Duma, Viktor Sobolev, anunció en el portal de noticias RBC, su intención de solicitar que el Ejército prohíba a los soldados dejarse barba dentro de una serie de medidas disciplinarias que incluirían también la prohibición del uso de dispositivos móviles.

«Es parte elemental de la disciplina militar», defendió. «Un soldado visto por los civiles debe presentarse ejemplar. Si camina sin arreglarse, sin afeitar, no se respeta como persona ni como soldado».

La medida pareció respaldada por unas ambiguas órdenes del jefe del estado mayor ruso y comandante de las tropas en Ucrania, general Valery Gerasimov, destinadas a mejorar «la disciplina» de la tropa.

Dichas órdenes incluían una serie de confusas indicaciones sobre el cuidado de los uniformes y qué tipos de cortes de pelo podrían emplear los soldados rusos.

La medida generó una primera reacción en forma de burla por parte del jefe del Grupo Wagner, Yevgeny Prigozhin, rival de Gerasimov que trata de imponerse al Ejército ruso.

El líder de los mercenarios rusos afirmó que con esa medida los mandos del Ejército ruso demostraban ser «un montón de payasos» preocupados por la «glamourización del Ejército».

También las autoridades de las repúblicas separatistas prorrusas de Ucrania atacaron la medida, que definieron como una «farsa» que perjudica a las tropas.

Sin embargo, el más contundente fue Kadyrov. En una reacción publicada en su canal de Telegram afirmó que la propuesta de Sobolev es «una clara provocación y un insulto» ya que sus soldados, de religión islámica, llevan barba por sentido religioso en honor a Alá y al profeta Mahoma.

Kadyrov acusó al diputado ruso de proponer esta medida para perjudicar, en concreto, a los combatientes chechenos: «Sobolev sabe perfectamente quién lleva barba en el frente y por qué. Estoy totalmente seguro de que se trata de una clara provocación diseñada para extinguir la moral de los soldados que luchan en una guerra santa, los que usan barba solo para el Todopoderoso, del mismo modo en que lo hizo el Profeta».

Tras la reacción de Kadyrov, Sobolev optó por retractarse. Afirmó que había visitado a los destacamentos chechenos y que comprobó que todos sus soldados iban «impecables» y «bien equipados». «Exigirles que se afeiten la barba ha sido una tontería», zanjó.

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