338 días de guerra en Ucrania
El Kremlin exige a Alemania que aclare si está en guerra con Rusia
Desde Moscú mantienen que la confrontación entre la Alianza y su país va en aumento
El envío de mayor armamento militar a Ucrania por parte de los aliados ha provocado que el conflicto entre en una nueva fase. El Ejército ucraniano contará con los carros de combate Leopard 2, Abrams y Challenger, en principio, para finales de marzo, lo que provocará que la guerra se recrudezca de cara a la primavera. Rusia, ante el paso adelante de los aliados, ha exigido que aclaren de una vez su posición en el conflicto.
La portavoz del Ministerio de Exteriores ruso, María Zajárova, aprovechó el Día Internacional en Memoria de las Víctimas del Holocausto para arremeter contra Alemania por aprobar el envío de tanques a Kiev. Zajárova aseguró que la confrontación entre la OTAN y Moscú por la guerra en Ucrania va en aumento.
Asimismo, la portavoz de Exteriores rusa se dirigió, concretamente, a Alemania y resaltó la ambigüedad de un Estado cuyo Ministerio de Exteriores asegura «no ser parte del conflicto», pero que, por otra parte, «declara que su país, junto a otros países, está en guerra con Rusia».
Zajárova pidió la ministra de Exteriores alemana, Annalena Baerbock, que, «ante estas declaraciones contradictorias», aclare si Berlín ha declarado la guerra a Rusia. La política rusa hizo también referencia a la cita que tuvieron los aliados, el pasado 20 de enero, en Ramstein (Alemania), donde pactaron el envío de los carros de combate a Ucrania.
«Los Estados miembros de la OTAN, con su asistencia y coordinación activas, están suministrando a Kiev armas, equipo militar, entrenando a las fuerzas armadas ucranianas, inyectando dinero en Ucrania sólo para que siga luchando contra nuestro país», concluyó la política rusa, que insistió en que los aliados aclaren, de una vez por todas, su posición en el conflicto.
El cambio de postura de Alemania, sobre el envío de carros de combate Leopard 2, ha provocado la respuesta rusa en forma de nuevos bombardeos en Ucrania. Rusia acusa a Occidente de contribuir a la escalada en el conflicto, mientras que el Gobierno de Zelenski pide más armamento y ya se ha impuesto un nuevo objetivo: los cazas F-16.
La narrativa del Kremlin es cada vez más beligerante contra la OTAN. Moscú asegura que son «las armas de la Alianza las que están matando a civiles y destruyendo la infraestructura civil» y asume que esto convierte a la Alianza «en cómplice de los crímenes del régimen de Kiev».