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Zelenski presidente ucraniano

El presidente ucraniano, Volodimir ZelenskiAFP

340 días de guerra en Ucrania

Zelenski pide envíos rápidos de armamento y evitar retrasos que den la ventaja a Rusia

El Institute for the Study of War critica que las vacilaciones de los aliados occidentales han permitido a Rusia reconstruir sus fuerzas y preparar una nueva gran ofensiva

La guerra en Ucrania ha entrado en una fase en la que la rapidez en el movimiento de las piezas sobre el tablero de batalla será fundamental para comprobar quién llevará la iniciativa en los próximos meses.

El momento actual es tan crucial que probablemente en los próximos meses se podría decidir quién gana la guerra.

Los frentes permanecen prácticamente estáticos desde hace meses. Los avances mínimos logrados por Rusia en Soledar-Bakhmut se han hecho a coste de ingentes bajas humanas por ambos bandos.

La pausa se está aprovechando para que tanto Rusia como Ucrania se reorganicen y adquieran nuevas capacidades ofensivas de cara a futuros empujes.

Rusia está planeando una gran ofensiva para completar la conquista del Donbás a principios de la primavera, para lo que podría emplear 150.000 nuevos soldados de los 300.000 movilizados a finales de 2022 como resultado de la movilización parcial decretada por Putin.

La conquista total del Donbás es fundamental para los planes del presidente ruso que, a continuación, pretende constituir un gobierno farsa ucraniano en el exilio encabezado por su amigo Viktor Medvedchuk, denostado incluso por los propios independentistas prorrusos de Donetsk y Lugansk.

Con Medvedchuk, Putin planea firmar un acuerdo de paz virtual con el que dar un barniz de legalidad a sus adquisiciones territoriales en Ucrania.

El gobierno en el exilio de Medvedchuk –pretende Putin– aceptaría ceder la soberanía de Lugansk, Donetsk, Zaporiyia, Jersón y Crimea a Rusia, además de unir los designios del resto de Ucrania a la voluntad de Moscú.

Zelenski pide rapidez

En ese contexto, el presidente ucraniano pidió a sus aliados occidentales que agilicen la entrega del armamento prometido y el entrenamiento de las tropas.

«La velocidad de suministro ha sido y será uno de los factores clave en esta guerra», aseguró. «Rusia espera prolongar la guerra, agotar nuestras fuerzas. Así que tenemos que hacer del tiempo nuestra arma. Debemos acelerar los acontecimientos, acelerar el suministro y la apertura de nuevas opciones de armamento necesarias para Ucrania».

Las palabras de Zelenski se producen cuando la OTAN y sus socios están inmersos en un debate sobre cómo acelerar el envío de armamento a Ucrania.

Los retrasos se deben a la complicada logística para enviar los sistemas occidentales de artillería, como los Patriot, o los más de 100 tanques –entre Leopard 2, Challenger 2, Lecrec y Abrams M1A2– prometidos, además de vehículos blindados, cohetes antitanque, armas ligeras, etcétera.

Sin embargo, el gobierno ucraniano ha criticado que la principal causa de los retrasos son las vacilaciones de algunos de sus socios a la hora de proporcionar el armamento necesario por medio a provocar una escalada con Rusia.

El Institute for the Study of War (ISW) señaló en su último informe que los retrasos en el suministro a Ucrania de los sistemas de defensa antiaérea y tanques han impedido a Ucrania aprovechar la oportunidad que ofreció el agotamiento de las capacidades ofensivas rusas.

En el informe del ISW, muy crítico con las dudas mostradas por las potencias occidentales a la hora de aprobar nuevos envíos de armas al Ejército ucraniano, recuerda que la ayuda militar de Occidente, principalmente Estados Unidos, a Ucrania, ha sido esencial para garantizar su supervivencia.

Además, siembra la duda sobre la intención de Occidente de alargar la guerra. «Si el objetivo de Occidente hubiera sido acortar la guerra acelerando la liberación de Ucrania del territorio ocupado, la evaluación de que las existencias de armas de la era soviética en manos de estados amigos se estaban agotando debería haber provocado un cambio fundamental en la provisión de ayuda occidental a partir de junio de 2022», concluye.

En ese sentido, el ISW afirma que, si Occidente hubiera comenzado a proporcionar el armamento pesado ahora prometido en otoño, Ucrania podría haber continuado la contraofensiva en Jersón, impidiendo a Rusia que reconstruyera sus fuerzas.

Las discusiones en el seno de los países occidentales sobre si aprobar o no dichos envíos, y los retrasos logísticos a la hora de trasladar las armas a Ucrania, ha permitido a Rusia bloquear los combates y reconstruir sus fuerzas.

Tras meses debatiendo sobre la idoneidad o no de enviar tanques a Ucrania, y tras varias negativas, Ucrania logró que se aprobara un primer envío de carros de combate.

Ahora, trata de conseguir aviones de combate –F-16. F-35, Eurofighters, Tonados, Rafales– esenciales para erradicar la superioridad aérea rusa, además de sistemas de misiles de largo alcance ATACAMS.

La respuesta ha sido la misma que las primeras reacciones con los tanques. Washington de momento se niega y el canciller alemán Olaf Scholz afirmó que «no permitiremos tal escalada».

En Ucrania no dudan, sin embargo, que los aviones llegarán. De lo que se trata ahora es de presionar a los aliados para que no se lo piensen demasiado y que los envíos lleguen antes de que Rusia reinicie sus operaciones de conquista.

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