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Atentado Pakistán

La mezquita de Peshawar tras el atentado del lunesEFE

Pakistán

El trágico atentado en Pakistán que suma ya un centenar de muertos estaba dirigido contra la policía

La policía pakistaní se considera un objetivo claro para los movimientos islamistas armados debido a su lucha «en primera línea»

El atentado con bomba que mató a 100 personas el pasado lunes en una mezquita del cuartel general de la policía en Peshawar –noroeste de Pakistán– fue una represalia por las operaciones contra grupos islamistas armados, declaró el martes el jefe de la policía local.

«El número de muertos ha llegado a 100 y son 53 heridos los que continúan en el hospital», afirmó Asim Khan a Efe, portavoz del Hospital Lady Reading de la ciudad de Peshawar.

El gobierno de la provincia de Khyber Pakhtunkhwa, de la que Peshawar es capital, declaró que el último balance era de 100 muertos y 221 heridos, en su mayoría policías.

«Estamos en primera línea en la lucha contra los movimientos islamistas armados y por eso hemos sido el objetivo», declaró a Afp el jefe de la policía de Peshawar, Muhammad Ijaz Khan. «Su intención es desmoralizarnos como fuerza policial».

Desde que los talibanes volvieron al poder en Kabul, en agosto de 2021, los ataques insurgentes contra patrullas policiales, controles de carretera y comisarías han aumentado tanto en Peshawar –a 50 kilómetros de la frontera con Afganistán– como en las zonas tribales que la rodean.

Esos atentados fueron perpetrados principalmente por los talibanes paquistaníes del Tehreek-e-Taliban Pakistan (TTP), que recuperaron su libertad con la salida de las fuerzas estadounidenses de Afganistán.

Algunos ataques fueron obra del EI-K, la rama regional del grupo yihadista Estado Islámico (EI).

El jefe de la policía provincial, Moazzam Jah Ansari, declaró a la prensa que un atacante suicida había conseguido entrar en la mezquita cargado con entre 10 y 12 kg de «pequeños explosivos» y que un grupo relacionado con el TTP podría estar detrás del atentado.

«Atrapado bajo los escombros»

Durante la jornada del martes todavía se encontraron cuerpos entre los escombros de la mezquita, cuyo tejado y una pared se derrumbaron por la explosión.

Los equipos de rescate utilizaron cámaras y dispositivos de escucha para tratar de localizar supervivientes.

«Estuve atrapado bajo los escombros con un cadáver encima durante siete horas. Había perdido toda esperanza de sobrevivir», dijo a Afp Wajahat Ali, un policía de 23 años que continúa hospitalizado.

El TTP, un movimiento desligado de los actuales líderes talibanes en Afganistán, pero con raíces comunes, negó su responsabilidad en el atentado del lunes.

Desde su creación en 2007, el TTP ha matado a decenas de miles de civiles y fuerzas de seguridad en Pakistán.

Un funcionario local de seguridad afirmó que las autoridades estudian también la posible implicación del grupo EI-K, una escisión del TTP, o incluso un atentado coordinado por varios grupos.

«Muchas veces los grupos armados, incluido el TTP, han perpetrado atentados contra mezquitas sin admitir su autoría porque una mezquita sunita se considera un lugar sagrado», sentenció el funcionario.

Tras el atentado, tanto Islamabad –capital de Pakistán– como el resto del país, especialmente en la frontera con Afganistán, se pusieron en máxima alerta.

«Los terroristas quieren sembrar el pánico atacando a quienes cumplen con su deber de defender Pakistán», declaró el primer ministro, Shehbaz Sharif.

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