Fundado en 1910

Biden atienda a la prensa tras el derribo del supuesto globo espía chinoAFP

El incidente del globo espía abre una profunda crisis diplomática entre China y EE.UU.

Ambos países elevan el tono y cruzan reproches y acusaciones, aunque mantienen el contacto y sus planes de celebrar una reunión en Pekín

El incidente con el supuesto globo espía que China habría enviado a recabar información sobre instalaciones militares estadounidenses ha aumentado las tensiones entre ambos países, que han elevado el tono y cruzado reproches y acusaciones, abriendo una profunda crisis diplomática.

Desde Pekín se ha tildado la destrucción de la «aeronave civil no tripulada» de «práctica claramente desproporcionada y una seria violación internacional» y se ha advertido de que se reservaba el «derecho de dar más respuestas de ser necesario».

Por su parte, desde el Departamento de Defensa de EE.UU. se ha calificado la intrusión del globo en el espacio aéreo estadounidense, que fue neutralizado ayer sobre aguas del océano Atlántico, como «una violación inaceptable de nuestra soberanía».

El secretario de Estado de ese país, Anthony Blinken, aunque ha destacado la gravedad de la situación, ha llamado a la calma. Blinken –cuyo cargo equivale al de un ministro de Exteriores– ha aseverado que la visita oficial de tres días programada en un principio para este fin de semana –y que pospuso, que no canceló– sería retomada en cuanto «las condiciones lo permitan».

Conversación con Blinken

El mandatario del Partido Demócrata ha estimado necesario mantener «abiertas las líneas de comunicación con Pekín», algo que, de hecho, nunca ha dejado de suceder, según han asegurado desde China.

Este sábado, Blinken habría hablado por teléfono con el director de la Oficina de la Comisión de Asuntos Exteriores del Comité Central del Partido Comunista de China, Wang Yi, según ha publicado la agencia de noticias oficial china Xinhua y todavía nadie ha desmentido desde EE.UU.

En una escueta información, Wang ha señalado que le trasladó a Blinken la intención de que ambos países mantuvieran «una comunicación oportuna, evitar un error de juicio y gestionar adecuadamente sus diferencias ante un evento fortuito», en referencia al supuesto globo espía, del que China reconoce su propiedad, aunque no el fin que se le atribuye desde el país norteamericano.

Según Pekín, el artefacto simplemente recababa información meteorológica. Una afirmación tildada de «falsa» por el secretario de Defensa estadounidense, Lloyd J. Austin, quien ha apuntado a que tanto este globo como el que sobrevuela Hispanoamérica «son parte de una flota de globos de China, desarrollada para realizar operaciones de vigilancia».

China «no aceptará ninguna especulación infundada o acciones de propaganda extrema»Wang YiDir. Oficina de Exteriores de China

A este respecto, Wang, que fue el titular de la cartera de Exteriores hasta el pasado mes de diciembre y ahora dirige la citada oficina, ha afirmado que «siendo un país responsable, China siempre acata estrictamente el derecho internacional», pero ha advertido que «no aceptará ninguna especulación infundada o acciones de propaganda extrema».

Dentro de la habitual rivalidad entre ambos países desde que el gigante asiático se convirtiese en la segunda economía del mundo y un cada vez más digno rival militar y tecnológico para EE.UU., las relaciones de la Administración Biden con el régimen comunista de Xi Jinping son mejores que las que hubo con el Gobierno Trump y su «guerra comercial».

El pasado mes de noviembre, Ji y Joe Biden acordaron llevar sus relaciones a un «nuevo nivel», tratando de acercar posturas en asuntos enquistados como los derechos de la minoría uigur, los semiconductores, las patentes o Taiwán.

Este último asunto es el que está marcando con mayor énfasis las relaciones bilaterales de norteamericanos y asiáticos en los últimos tiempos, si bien el suceso del presunto globo –o globos– espía, cuyo cometido era vigilar instalaciones militares nucleares, según sospecha el Pentágono, abre un peligroso e imprevisible nuevo horizonte.

Creciente rivalidad

A tenor de las reacciones de sus representantes de Exteriores tras la destrucción del artefacto, no parece que por ahora el suceso vaya a suponer un punto de inflexión; más bien solo un capítulo más dentro de la creciente rivalidad entre la primera superpotencia del mundo y la que aspira a sucederla, aunque es pronto para saberlo.

Lo único que está claro de momento es que este atípico suceso ha enturbiado de manera clara el trato entre ambos países y ha abierto el interrogante de hasta dónde podría tensarse una cuerda que no se ha llegado a romper, pero que pocos dudan que tarde o temprano lo hará.