347 días de guerra en Ucrania
Scholz trata de aplacar la ira de Putin por los Leopard y afirma que no se usarán en territorio ruso
«Es increíble, pero estamos de nuevo amenazados por tanques alemanes».
Parece que esas palabras pronunciadas por el presidente ruso, Vladimir Putin, durante la ceremonia de conmemoración del 80 aniversario de la batalla de Stalingrado han hecho mella en el ánimo del canciller alemán Olaf Scholz.
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«Responderemos con todo nuestro potencial», añadió Putin. Scholz, que ha dilatado el visto bueno al envío de tanques Leopard todo lo que ha podido para evitar una escalada, ha tratado de rebajar la tensión y aseguró que, en ningún caso, los tanques alemanas amenazarán territorio ruso.
El problema que Scholz no parece tener en cuenta es que los territorios ocupados por Rusia en Ucrania donde seguramente se emplearán los Leopard –Lugansk, Donetsk, Jersón, Zaporiyia y, tal vez también, Crimea– han sido anexionados ilegalmente por Rusia, que considera esas regiones territorios soberano ruso.
Cualquier ataque contra dichos territorios, reiteró el gobierno ruso, se considerará un ataque contra la soberanía rusa.
Pese a ello, Scholz aseguró en una entrevista concedida a Bild que existe un consenso entre Ucrania y sus aliados occidentales para que las armas que se les están proporcionando se empleen sólo en territorio ucraniano.
También aseguró que, a pesar de las amenazantes palabras de Putin y de otros altos cargos del gobierno ruso, que el envío de armas se ha coordinado entre todos los aliados para evitar una escalada.
«Pesamos cuidadosamente cada envío de armas, coordinándolo de cerca con nuestros aliados y, sobre todo, con Estados Unidos. Este enfoque conjunto evita que la guerra se intensifique», añadió Olaf Scholz.
Scholz también rechazó la comparación realizada por Putin del envío de los tanques Leopard a Ucrania con la invasión nazi de la Unión Soviética.
«Sus declaraciones encajan dentro de una serie de comparaciones históricas absurdas que utiliza para justificar su ataque contra Ucrania. Pero no hay nada que legitime esta guerra», afirmó.