Italia
El capo Messina Denaro insultaba al juez Falcone en mensajes de chat y odiaba sus homenajes: «¡Maldita sea!»
El boss Matteo Messina Denaro, capo dei capi de la Cosa Nostra italiana, detenido el pasado 16 de enero en Palermo por la Policía italiana y encarcelado en régimen de máxima seguridad en el penal de l'Aquila, sufre desde su celda por todo lo que se dice de él.
«Estoy cabreado (incazzato) por las noticias que aparecen en los telediarios». «Solo se cuentan mentiras, y todo es fruto de malentendidos», se habría quejado ante el personal penitenciario.
No son las únicas palabras que han trascendido en las últimas horas del último de los grandes capos de la mafia siciliana y del clan de los Corleonesi.
Messina Denaro permaneció huido de la justicia durante 30 años –desde 1993– después de participar en los asesinatos de los jueces antimafia Giovanni Falcone y Paolo Borsellino y en el secuestro y asesinato de un niño de 15 años, Giuseppe Matteo, hijo de un mafioso arrepentido, cuyo cuerpo disolvió en ácido.
Pero su vida clandestina acabó el pasado 16 de enero cuando acudió a un tratamiento oncológico en una clínica privada de Palermo.
En las últimas horas, la agencia ANSA difundió unos audios enviados el 23 de mayo de 2022 por una aplicación de mensajería instantánea a otro enfermo oncológico cuando se dirigía a la clínica en Palermo para recibir su tratamiento.
Ese día en Palermo se recuerda la memoria del juez Falcone, asesinado en un atentado en la localidad de Capaci cuando se dirigía al aeropuerto.
El atentado lo ordenó Totò Riina, entonces jefe de los Corleonesi y capo dei capi de la Cosa Nostra. Messina Denaro habría sido una pieza esencial en la conspiración contra los jueces antimafia.
El 23 de mayo de 2022, el último capo dei capi quedó atrapado en un atasco a la entrada de Palermo por los cortes debido al acto oficial en recuerdo de Falcone.
Denaro entonces envió un mensaje a otro de los pacientes para avisarle de que iba a llegar tarde al tratamiento: «Estoy bloqueado con los neumáticos en tierra, no es que esté averiado, en el asfalto, sin moverse por la conmemoración de esta mierda. ¡Maldita sea!».
Denaro también habría participado en la organización y ejecución de las masacres de Roma, Florencia y Milán en 1993 con diez muertos y casi cien heridos como venganza por la detención de Riina.
La tupida red de contactos y la omertà permitieron a Messina Denaro llevar una vida prácticamente normal sin ser molestado por la policía. Los Carabinieri localizaron hasta tres escondites diferentes en la localidad de Campobello di Mazara, a pocos kilómetros de su localidad natal, Castelvetrano, y cerca también del pueblo de Corleone, capital de la Cosa Nostra.
En la clandestinidad siguió con sus actividades delictivas: tráfico de drogas, blanqueo de dinero… Llegó a acumular una fortuna de 4.000 millones de euros que legalizaba a través de empresas relacionadas con las energías renovables y el turismo.
En sus escondites la policía encontró desde cosas banales, como un cartel de la película El Padrino, a información vital, como documentos sobre la mafia, dinero en metálicos, objetos de lujo, carnets de identidad de cómplices y pizzini –pequeños fragmentos de papel con mensajes.
Su amante también acudió a declarar ante la policía: «No tenía ni idea de su verdadera identidad, a mí se me presentó con otro nombre. No podía saber que fuese Matteo Messina Denaro».