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El presidente Volodimir Zelenski saluda a Roberta Metsola, presidenta del Parlamento EuropeoAFP

350 días de guerra en Ucrania

Zelenski se arma de paciencia en Bruselas: la adhesión de Ucrania a la UE va para largo

Aunque los 27 tienen en cuenta la situación de urgencia, se deberán cumplir los plazos acordados para entrar a formar parte del bloque y no herir sensibilidades en otros países

Volodimir Zelenski tiene hoy una oportunidad única. Tras su escala de ayer en París, el presidente ucraniano ha volado junto a Emmanuel Macron esta misma maña rumbo a Bruselas para celebrar la segunda cumbre europea en menos de una semana.

El pasado jueves se celebró en Kiev una Cumbre de alto nivel en la que Zelenski se reunió con la cúpula de la Unión Europea para negociar los términos de la futura adhesión de Ucrania a la UE.

Zelenski volverá a hacer hincapié en la prisa de Ucrania por entrar en la UE con el objetivo de presionar a los 27 para acortar los plazos de la negociación.

Los esfuerzos de Zelenski por acelerar el proceso han resultado inútiles hasta el momento. La UE ha asegurado que no se tomarán atajos para precipitar la adhesión de un país que está en guerra desde la invasión rusa del 24 de febrero del pasado año.

Según una fuente de la EEAS –Servicio Europeo de Acción Exterior– consultada por El Debate, a pesar de que se respetarán los plazos de incorporación al bloque, considerar a Ucrania como país candidato responde «exclusivamente a criterios de urgencia».

«Este escenario –explica la misma fuente– debe analizarse como parte del apoyo político, económico y militar que las autoridades de Kiev han recibido por parte de la UE desde el inicio de la guerra».

«Pero el proceso de adhesión, –insiste–, es un asunto completamente distinto. Sobre los criterios políticos predominan los técnicos, muy detallados y cada vez más trillados».

«A pesar de la situación extrema en la que se encuentra Ucrania, el resto de los países candidatos mirarían con recelo la aceleración del proceso»

«A pesar de la situación extrema en la que se encuentra Ucrania, –observa– el resto de los países candidatos mirarían con recelo la aceleración del proceso», ya que «algunos de ellos consiguieron el estatus de candidato hace más de una década –es el caso de Turquía o Montenegro– y continúan a la espera de nuevas negociaciones».

«La UE –reflexiona– también ha tenido en cuenta el efecto que tendría en sus países acortar los plazos de adhesión: quiere asegurarse de que Ucrania no traerá consigo problemas de gobernanza, corrupción o violación del Estado de Derecho, como sucedió con alguno de los últimos países que han entrado en la UE».

La Cumbre fue percibida en Bruselas como un gesto político importantísimo y una muestra de apoyo a Zelenski, según la misma fuente de la EEAS.

Es conveniente destacar la participación del presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, en la Cumbre, puesto que supone algo inédito y envía indicios a Moscú sobre una futura Ucrania soberana, próspera, libre y democrática, anclada a las instituciones europeas.

Esto significaría que la peor pesadilla del Kremlin se habría hecho realidad y pondría en duda el sistema ruso de «democracia tutelada», que daría a los rusos de a pie razones para preguntarse por qué Ucrania sí y ellos no.

La desestabilización del este causada por el conflicto bélico sirve en bandeja a Moscú la capacidad de influir en el destino escogido por Kiev.

Pero la presencia de los comisarios la semana pasada en Kiev «es una forma de demostrar que la guerra no va a impedir a la Comisión y a Ucrania trabajar juntas con el objetivo de una plena integración», asegura.