Un avión de combate de la fuerza aérea de EE.UU.
¿Espionaje o negocios? Los inversores chinos compran terrenos cerca de una base aeroespacial en EE.UU.
Las tensiones entre Estados Unidos y China ocasionadas por globo espía, están haciendo que aspectos normalizados política y económicamente, como la inversión china en territorio estadounidense, se posicione en el centro de las preocupaciones de la Defensa.
Los inversores chinos -detrás de quienes seguramente está el régimen de Pekín- poseen tierras en Estados Unidos equivalentes a aproximadamente el doble del tamaño de la superficie de la ciudad de Nueva York, pero el problema no es sólo el tamaño, sino la ubicación de esas tierras lo que preocupa.
Últimamente, los chinos han puesto la mirada en parcelas de tierra cerca de las bases de la Fuerza Aérea de EE.UU.
El tema de las tierras en manos chinas en los Estados Unidos se ha reavivado en los últimos días. Andrew Hunter, secretario adjunto de la Fuerza Aérea de EE.UU., envió una carta el 27 de enero alertando al senador de Dakota del Norte John Hoeven.
En la carta Hunter mostró su oposición a una propuesta del Grupo Fufeng, un biofabricante chino, de construir una planta de molienda de maíz húmedo, a 19 kilómetros de la base Grand Forks de la Fuerza Aérea ubicada al noreste del Estado.
La base Grand Forks es el centro de las actividades militares relacionadas con las operaciones aéreas y espaciales de EE.UU.
Hunter le recordó al gobernador que «la opinión del Departamento [Fuerza Aérea] es inequívoca: el proyecto propuesto presenta una amenaza significativa para la seguridad nacional con riesgos a corto y largo plazo de impactos significativos en nuestras operaciones en el área».
La carta ha provocado nuevos llamados para que se apruebe una nueva legislación que impida la compra de tierras estadounidenses cerca de instalaciones militares.
«Es necesario que haya una ley aprobada por ambas cámaras, firmada por el presidente, que monitoree esto o diga que no se puede hacer a tantas millas de distancia de una base de la fuerza aérea, pero no hay acción por parte del Congreso», dijo a la Fox News Michael Pillsbury, director del Centro de Estrategia China en el Instituto Hudson.
Mientras tanto, Randy Feenstra, un congresista republicano que representa a Iowa, tuiteó el martes: «A China se le debe prohibir comprar tierras agrícolas en cualquier lugar de nuestro país, especialmente cerca de nuestras bases militares».
Texas toma la iniciativa
Una legisladora de Texas quiere prohibir mediante una ley estatal que ciudadanos chinos compren propiedades en ese Estado sureño, por motivos de «seguridad nacional».
La propuesta de ley, que también afectaría a rusos, iraníes y norcoreanos, fue presentada en noviembre de 2022 por la republicana Lois Kolkhorst, senadora en el legislativo del Estado de Texas.
Una de las preocupaciones de muchos texanos es la seguridad nacional y la creciente propiedad de tierras de Texas por parte de entidades extranjeras antagónicasSenadora en el legislativo del Estado de Texas
El gobernador de ese estado conservador, Greg Abbott, republicano y férreo defensor de políticas contra la inmigración ilegal, ya adelantó que le pondrá su firma cuando el Senado estatal apruebe la propuesta.
Inversionistas ligados al PCCh
El proyecto de ley estatal de Kolkhorst menciona entre sus motivos la compra de 130.000 acres (unas 52.600 hectáreas) cerca de la Base de la Fuerza Aérea Laughlin en Del Río, por un oficial retirado del ejército chino, a quien consideraron ligado con el gobernante Partido Comunista.
En 2021, el proyecto del exmilitar Sun Guangxin, quien planeaba construir allí una granja solar y de viento y entrar en el negocio de la energía, fue bloqueado por Texas.
Una ley federal aprobada ese año impidió que negocios vinculados con el gobierno chino –además de los otros tres países mencionados en el proyecto– accedieran a la red eléctrica y activos estratégicos de EE.UU.
De acuerdo con la Asociación Nacional de Agentes Inmobiliarios, en un período de 12 meses hasta marzo de 2022, las inversiones chinas representaron el 6 % de todas las compras de viviendas de extranjeros en Estados Unidos, siendo sus principales destinos California o Nueva York.