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Moldavia denuncia un complot del Kremlin para dar un golpe de Estado y Rusia lo niega
El gobierno moldavo desveló un plan de Moscú para organizar un golpe de Estado en Moldavia, derrocar al gobierno proeuropeo y sustituirlo por uno leal al Kremlin.
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El objetivo sería similar al perseguido en Ucrania el 24 de febrero de 2022, cuando las tropas de la Federación Rusa iniciaron la invasión al país vecino.
Al colocar un gobierno títere en Chisináu, Rusia se garantizaría su soberanía sobre la franja de Transnistria, un territorio moldavo ocupado por tropas rusas desde los años 90 del siglo XX, y emplear el país como plataforma para abrir un nuevo frente en Ucrania.
Sin embargo, Moscú ha negado su participación en ninguna conspiración para derrocar al gobierno presidido por Maia Sandu.
Según reveló la misma presidenta del país, agentes rusos del FSB estarían en contacto con grupos criminales organizados en el interior de Moldavia.
A través de esos aliados, se organizarían actos violentos, tomas de edificios gubernamentales y medios de comunicación y asesinatos en unas, en apariencia, manifestaciones ciudadanas contra la gestión del gobierno.
«A través de las acciones violentas, enmascaradas bajo las protestas de la llamada oposición, se forzaría el cambio de poder en Chisináu».
Según Sandu, el complot habría podido desmantelarse gracias a información de inteligencia del GUR (servicios de inteligencia ucranianos) facilitados en persona por el presidente de Ucrania Volodimir Zelenski.
Según la presidenta Sandu, el GUR se habría hecho con documentos con información sobre «el quién, el cómo y el cuándo» del golpe de Estado destinado «a romper el orden democrático» en Moldavia.
«El propósito de estas acciones es derrocar el orden constitucional, cambiar el poder legítimo de Chisináu por uno ilegítimo», afirmó.
Como suele ser habitual, Rusia desmintió estar detrás de planes para desestabilizar Moldavia: «Son afirmaciones gratuitas carentes de cualquier base real», aseguró el ministerio de Exteriores en un comunicado de su portavoz Maria Zajarova.
«Rechazamos tajantemente las insinuaciones sobre la supuesta intención de Rusia de desestabilizar la situación en la República de Moldavia».
Moldavia es uno de los países más expuestos a los efectos colaterales de la guerra en Ucrania. La guerra ha disparado su inflación y su territorio se encuentra permanentemente expuesto a la caída de proyectiles.
De hecho, el viernes de la semana pasada, un misil Harpoon lanzado por un buque de guerra ruso situado en el mar Negro violó el espacio aéreo moldavo antes de impactar en Ucrania.
Rusia trata de alimentar un descontento social contra el gobierno de Sandu debido a las consecuencias de la guerra, y lograr un giro en el país que acerque a Moldavia a Moscú.
También el viernes de la semana pasada el gobierno moldavo de la primera ministra Natalia Gavrilita anuncio su dimisión por su incapacidad para contener la inflación y la subida del precio de la energía.