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El Supremo británico impide a Escocia celebrar un referéndum independentista unilateral

La ministra principal de Escocia y líder del Partido Nacional Escocés, Nicola SturgeonEP

Cae la abanderada del separatismo en Escocia

Nicola Sturgeon no resiste y dimite como ministra principal de Escocia

La imposibilidad de convocar un referéndum legal de independencia y su obsesión con la ley trans finiquitan su carrera
Rishi Sunak no cede frente a Escocia y les niega el referéndum: «Ahora debemos trabajar juntos»

La líder del Partido Nacional Escocés (SNP, en inglés), Nicola Sturgeon, dimite como ministra principal de Escocia después de ocho años al frente del Ejecutivo autonómico

Sturgeon, de 52 años, y entusiasta de un nuevo referéndum sobre la independencia de Escocia, anunció oficialmente su dimisión durante una rueda de prensa desde Edimburgo.

En un emotivo y estudiado discurso, Sturgeon admitió que le costaba soportar la «brutalidad» de la política, y cada vez se sentía menos cómoda en su papel como líder escocesa. Afirmó que «peleaba» con la idea de abandonar desde hacía tiempo.

«La política moderna es mucho más intensa que antes. Hoy hay más brutalidad en la vida de un político que hace unos años», lamentó Sturgeon desde su atril.

«He sido Nicola Sturgeon, política, toda mi vida. Ahora me toca ser Nicola Sturgeon, ser humano. ¿Estoy siendo egoísta? Espero que no», agregó la escocesa, que permanecerá en el cargo hasta que se designe a su sucesor, y en el parlamento de Holyrood hasta las elecciones de 2026.

El primer ministro británico, Rishi Sunak, agradeció a Sturgeon «sus largos años de servicio», y prometió que su Gobierno seguiría en estrecha colaboración con el ejecutivo escocés para «cumplir con la gente de toda Escocia».

Por su parte, Alistair Jack, ministro de Escocia en el gabinete del primer ministro, calificó a Nicola Sturgeon como «una política formidable», y aunque le agradeció sus ocho años de servicio, afirmó que ahora quiere ver a «un Gobierno escocés que trabaje codo con codo con Westminster».

Las causas LGBT, el fracaso final

Su fracaso a la hora de convocar un referéndum, por la negativa de Rishi Sunak, y el empecinamiento en seguir adelante con el proyecto de ley de Reconocimiento de Género (Recognition Gender Bill en inglés), que abre la puerta a las peticiones del lobby trans, han influido a la hora de poner fin a su ejecutivo.

Durante su discurso, Nicola Sturgeon admitió que, «como todo ser humano, tiene remordimientos». Entre la legislación de la que se arrepiente estará sin duda su polémica reforma de la ley Transexual británica.

Según propuso el Gobierno de Sturgeon, los escoceses mayores de 16 años podrían cambiar la designación de género en sus documentos de identidad mediante una autodeclaración, eliminando la necesidad de un diagnóstico médico de disforia de género.

Pero el Gobierno de Rishi Sunak bloqueó de inmediato la reforma, consciente sobre todo del peligro que suponía para los menores de edad. Aunque Sturgeon calificó la intervención como «un ataque frontal total a nuestro Parlamento escocés, elegido democráticamente», lo cierto es que supuso un golpe a la autoridad de la ministra, y un reconocimiento de sus fracasos.

Tal vez Sturgeon supo que llegaba el momento de retirarse. Las últimas encuestas demostraron que el apoyo a su mandato se vio impactado por la ley de reafirmación de género. Un sondeo llevado a cabo por el periódico The Sunday Times reveló que cuatro de cada diez votantes en Escocia consideraban que Nicola Sturgeon debía dimitir.

42% de los encuestados quisieron que la primera ministra abandonase el cargo de inmediato, mientras que un 45% opinó que tendría que quedarse hasta al menos las próximas elecciones.

Un nuevo ministro principal de Escocia tendrá la oportunidad de recalibrar Holyrood y el ejecutivo escocés. Podrá dar prioridad a una mejoría de los servicios públicos, como la salud y la educación, y para un cambio de rumbo respecto a la independencia.

La First Minister, que llegó al poder en Escocia en 2014, finalmente ha tenido que tirar la toalla. Entre unas, unos, unes y otros, han terminado con su gestión.

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