356 días de guerra en Ucrania
El efecto Ucrania en las guerras de otros países
Para ellos, la invasión tiene que ver con el futuro de Europa, no con el futuro del orden mundial y se ha convertido en una distracción de los problemas mundiales más acuciantes de nuestro tiempo
Cerca del primer aniversario de la guerra en Ucrania, muchos analistas occidentales consideran que este conflicto ha marcado un punto de inflexión en la geopolítica, al reunir no sólo a Estados Unidos y sus aliados de la OTAN, sino también a una cada vez mayor coalición liberal global. Creen que la agresión rusa debería aunar naturalmente, más allá de Occidente, a un mundo libre y justo en esta contienda entre democracia y autocracia.
351 días de guerra en Ucrania
Israel, entre la sombra de Rusia y la presión de Estados Unidos para enviar armas a Ucrania
Sin embargo, hay otra narrativa, más allá de Norteamérica y Europa. Los últimos acontecimientos nos han mostrado una realidad muy diferente.
Muchos de ellos también se han mostrado reacios a adoptar formalmente las sanciones económicas de Occidente contra Rusia, aunque aparentemente las respetan, y a medida que se ha desarrollado la guerra algunos de estos países han tratado de mantener tan buenas relaciones con Rusia como con Occidente.
Para ellos, la guerra de Ucrania tiene que ver con el futuro de Europa, no con el futuro del orden mundial, y la guerra se ha convertido en una distracción de los problemas mundiales más acuciantes de nuestro tiempo.
Tras casi un año de guerra en Ucrania se ha debilitado el orden mundial de dos formas importantes:
En primer lugar, la invasión rusa, combinada con los continuos efectos de la pandemia y la ralentización económica mundial, disminuyó el poder y el prestigio de todas las grandes potencias.
La disminución fue más evidente para la propia Rusia: en el curso imprevisto de la guerra, en el creciente aislamiento económico y político del país y en la aceleración de su declive. Fue menos evidente en Estados Unidos, que ha conseguido responder enérgicamente a la guerra sin implicar a sus propias fuerzas ni provocar una grave escalada, por el momento, al tiempo que reforzaba la unidad occidental.
Es preocupante que Ucrania distraiga a Estados Unidos de sus funciones en otros lugares, especialmente en Oriente Medio y África
De otra parte, es preocupante que Ucrania distraiga a Estados Unidos de sus funciones en otros lugares, especialmente en Oriente Medio y África. La precipitada retirada de Afganistán en 2021 también planteó dudas sobre la capacidad de resistencia y la perseverancia de Estados Unidos, especialmente ahora que entra en un nuevo ciclo electoral presidencial.
Para Europa, la guerra ha limitado su capacidad para desempeñar un papel global más amplio, dada su preocupación por el orden europeo en un futuro previsible, independientemente de que la guerra termine con la victoria de cualquiera de los bandos o en un prolongado conflicto enquistado.
Para el sur global, la guerra en Ucrania se ha convertido en una distracción de cuestiones más acuciantes.
Política y economía
En segundo lugar, el efecto de un año de guerra es que las políticas económicas de grandes potencias como China, Estados Unidos y Europa están ahora condicionadas tanto por la política como por la economía. Hoy, en muchos casos, la seguridad del suministro y los intereses políticos tienen prioridad sobre las consideraciones de precio en la fabricación global.
Aunque los mercados globalizados han limitado el alcance de la desvinculación entre China y Estados Unidos, se puede hablar de «des-globalización»: «Hay un gran esfuerzo creciente por reducir dependencias mutuas en sectores estratégicos como la fabricación de semiconductores, la inteligencia artificial, la energía y los metales de tierras raras».
Europa, con respecto a Rusia, ha iniciado una desconexión sin posibilidad de retorno.
Japón está realizando ahora una transición hacia políticas de defensa y seguridad más sólidas.
China, limitada militar y políticamente en su propio vecindario, ha recalibrado su compromiso con el exterior.
Europa y muchos países del sur pagan un alto precio económico por las sanciones
Mientras tanto, Europa y muchos países del sur pagan un alto precio económico por las sanciones, sin precedentes, contra Moscú, y la recesión se cierne sobre las economías más importantes del mundo.
El debilitamiento del orden mundial es evidente y profundo en los países no occidentales. Un año después de la guerra iniciada por Rusia estos países buscan alternativas al orden actual, pero aún no ha surgido ninguna «tercera vía» clara, ni económica ni políticamente. Por eso los países en vías de desarrollo se hallan en una creciente desilusión.
China y Rusia miran más allá
En medio de una guerra prolongada y sin vías de paz a la vista, la continua rivalidad entre las grandes potencias hace poco probable que en 2023 se produzcan avances graduales a la hora de abordar las cuestiones urgentes que preocupan directamente a esta gran parte del mundo en vías de desarrollo. Por eso China y Rusia buscan ganar influencia sobre ellos.
Si vamos al sur de Asia: Bangladesh, Pakistán y Sri Lanka llevan más de un año en conversaciones con el FMI sobre paquetes de ajuste para hacer frente a su deuda. Otros cinco países de la región: Afganistán, Myanmar, Nepal, Pakistán y Sri Lanka también han cambiado de Gobierno de forma poco democrática. Sri Lanka dejó de pagar sus deudas internacionales en abril de 2022 por imposibilidad.
Durante el pasado verano, una quinta parte de la población de Pakistán se quedó sin hogar debido a inundaciones que anegaron un tercio del país.
Muchos Estados pequeños y en desarrollo son más vulnerables que nunca y el riesgo sistémico económico y social es mayor de lo que ha sido en muchas décadas.