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Alberto Núñez Feijóo, presidente del Partido PopularEFE

La nueva Alianza Atlántica entre España e Hispanoamérica

El actual presidente del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, pone de manifiesto la importancia de la responsabilidad política y la gestión desde España y apuesta por una unión en el Atlántico

La frase «aquel que no conoce su historia está condenado a repetirla» tiene hoy más sentido que nunca, cuando vivimos tiempos convulsos e impredecibles.

Estos momentos traen consigo períodos de inestabilidad que son el caldo de cultivo perfecto para el nacimiento de movimientos populistas, así como de personajes que intentan ser una especie de mesías y que creen que no existe la historia y pretenden vender recetas mágicas a problemas complejos. Muchos terminan convirtiéndose en líderes emergentes.

Hemos pasado, en poco más de dos décadas, por la crisis financiera de 2008, por la pandemia COVID-19 desde 2019 y, ahora, vivimos una guerra a las puertas de la Unión Europea.

Estos sucesos nos han de recordar que nada se debe dar por sentado, mucho menos la libertad y la democracia.

La guerra en Ucrania nos debería comprometer a los países que compartimos los valores democráticos, porque lo que está en juego va más allá de las fronteras de aquel país: el modelo de la democracia liberal, un modelo que compartimos en Occidente y que nos ha permitido gozar durante décadas de estabilidad social y crecimiento económico.

La Unión Europea e Hispanoamérica representan dos ejes fundamentales en la política exterior española y son cimientos para preservar nuestras sociedades prósperas y en paz.

El contexto geopolítico nos hace una llamada urgente a la unidad, unidad que tenemos en la Unión Europea, en la que todos los Estados miembros hemos generado consensos y hemos actuado en bloque ante la amenaza a nuestros valores.

Sin embargo, tenemos una asignatura pendiente con América Latina, en la que, si bien la relación con la mayoría de los países goza de buena salud, hemos de consolidarla y fortalecerla.

España ha de ser la cabeza de la locomotora de la Unión Europea en las relaciones con Iberoamérica.

Un aliado natural

Eso implica más protagonismo y mayor liderazgo. La región es nuestro aliado natural, ya que nos unen siglos de historia, compartimos la lengua, la cultura, la religión, y, a excepción de pocos países, valores democráticos.

Además, España está llamada a proteger nuestro legado español y arrimar el hombro en la región para caminar juntos hacia el único modelo que ha garantizado bienestar social y crecimiento económico: el modelo del Estado Social y Democrático de Derecho.

Decir que Hispanoamérica es una prioridad en la política exterior española puede sonar trillado, pero es verdad y más que decirlo se deben tomar acciones concretas.

El presidente del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, tuvo la oportunidad de estar el pasado mes de noviembre en las ciudades de Montevideo (Uruguay), Buenos Aires (Argentina), Santiago (Chile) y Quito (Ecuador), y elegir a la región como destino de su primera gira internacional no fue una casualidad, porque tiene muy claro la importancia que representa para España.

Un español no se siente extranjero en Hispanoamérica, así como tampoco un latinoamericano se siente extranjero en España

Iberoamérica es bien conocida por el presidente Feijóo, quien ha dicho que «un español no se siente extranjero en Latinoamérica, así como tampoco un latinoamericano se siente extranjero en España».

Ante ello, ha puesto de manifiesto la importancia de la responsabilidad política y la gestión.

La responsabilidad política en un régimen democrático se traduce en generar confianza, la cual es tomada en cuenta por empresas y emprendedores, quienes saben que tener certeza jurídica es vital para hacer prosperar el emprendimiento o la empresa, lo que se traduce en puestos de trabajo y hace que la economía evolucione.

Muchos países de Hispanoamérica deben reforzar su democracia y generar esa seguridad a inversores.

La gestión es otro elemento fundamental, porque saber gestionar las cuentas públicas es la diferencia entre un país que avance económicamente y otro que no lo haga.

Ante aquellos países de la región que tengan dificultades en crecer económicamente y en generar certeza jurídica, nuestro país puede y debe ayudar, porque si no lo hace España serán otros países que no comparten los mismos valores los que lo hagan.

Es el momento de que España logre un tratado UE – Mercosur, un proyecto que cubrirá el 91 % del comercio entre ambas zonas y además, abrirá la oportunidad al reforzar el diálogo político y la cooperación.

Nos gustaría que el actual Gobierno tomara más en serio lo fundamental que es, en este momento más que en ningún otro, reforzar los lazos con nuestros hermanos latinoamericanos.

Las Cumbres Iberoamericanas, como bien dijo el presidente Feijóo, deben ser espacios de consenso, foros en los que se hable de la importancia de la democracia y se abogue para que se firmen acuerdos trascendentales para la región y para nuestro país.

Insisto en algo capital: ¿Qué país que no sea España puede ser el mejor puente? Tenemos que aprovechar el espacio común que compartimos en todos los ámbitos, trabajar mucho y ser constantes.

Situaciones como la del juicio sumarísimo de la dictadura de Ortega, que condena a 26 años y 4 meses de prisión al Obispo Rolando Álvarez por poner voz a las víctimas de la tiranía, no son admisibles desde ningún punto de vista y no pueden pasar sin que toda la comunidad internacional y en especial España reaccione.

El Partido Popular ofrece una alternativa hacia el futuro y por el crecimiento, y apostamos porque sea el Atlántico el que nos una y no el que nos divida.

  • Carlos Rojas, secretario general del Grupo Popular en el Congreso