364 días de guerra en Ucrania
Qué es el tratado nuclear New Start y cuáles son los riesgos de que Putin lo suspenda
El presidente ruso Vladimir Putin anunció el martes la suspensión de la participación de Rusia en el Tratado de Reducción de Armas Estratégicas, denominado en inglés New Start que limita la cantidad de ojivas nucleares que pueden desplegar Estados Unidos y Rusia.
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Putin anuncia que Rusia suspende la aplicación del tratado de desarme nuclear firmado con EE.UU.
«Quieren infligirnos una derrota estratégica y reclamar nuestras instalaciones nucleares», dijo Putin durante el discurso e inmediatamente agregó: «en este sentido, me veo obligado a declarar que Rusia está suspendiendo su participación en el tratado de armas estratégicas ofensivas».
Putin describió la guerra en Ucrania como una batalla por la supervivencia de Rusia. También alegó que la OTAN había estado planeando proporcionar armas a Ucrania mucho antes de que el Kremlin lanzara su invasión el 24 de febrero del año pasado como parte de un complot para «destruir» Rusia.
¿Qué establece el tratado New Start?
El New Start, Nuevo Comienzo en castellano, es un tratado internacional firmado en 2010 por el entonces presidente estadounidense Barack Obama y su homólogo ruso, Dmitry Medvedev. El tratado entró en vigor en 2011 y se prorrogó en 2021 por cinco años más después de que Joe Biden asumió el cargo.
Estados Unidos y Rusia poseen el 90 % de las armas nucleares del mundo
Según el acuerdo, Moscú y Washington se comprometen a desplegar un máximo de 1.550 ojivas nucleares estratégicas y un máximo de 700 misiles y bombarderos de largo alcance. Para asegurarse de que el otro no violara los límites del tratado, cada lado puede realizar hasta 18 inspecciones de sitios de armas nucleares estratégicas cada año.
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Tras el anuncio de Putin, Rusia se libera de las restricciones y límites acordados con Estados Unidos y ya no está obligada a permitir las inspecciones estadounidense en sus instalaciones nucleares.
Posible regreso a las pruebas nucleares
Putin advirtió que Moscú estaría listo para reanudar las pruebas de armas nucleares si Washington lo hiciera. Las últimas tuvieron lugar en los años 80, hacia el final de la Guerra Fría.
Rusia tiene el mayor arsenal de armas nucleares del mundo, con cerca de 6.000 ojivas
El autócrata ruso agregó: «No haremos esto primero. Pero si Estados Unidos realiza pruebas, lo haremos nosotros. Nadie debería tener ilusiones peligrosas de que la paridad estratégica global puede ser destruida».
Este última garantía de mesura, fue ratificada poco después por el Ministerio de Relaciones Exteriores al señalar que Moscú tenía la intención de seguir cumpliendo con las restricciones descritas en el tratado sobre la cantidad de ojivas que puede tener listas para ser usadas.
Sin embargo, las declaraciones del líder ruso aumentaron los temores de que el conflicto de Ucrania pueda escalar y dar lugar a una nueva carrera armamentista nuclear.
¿Tan sólo un mensaje simbólico?
Rusia ya ha suspendido la participación en una comisión consultiva bilateral con Estados Unidos y sería peligroso si Putin fuera más allá y detuviera los informes de rutina y el intercambio de datos sobre movimientos de armas nucleares y otros desarrollos relacionados con su arsenal.
John Erath, director principal de políticas del Centro para el Control de Armas y la No Proliferación, dijo en una entrevista con el Washington Post que la medida es «totalmente simbólica».
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Erath cree que Putin hizo el anuncio para presionar a Biden a acercarse a Rusia para poner fin a la guerra, «para que Rusia pueda dictar los términos bajo los cuales eso sucedería».
Por su lado, Andrey Baklitskiy, investigador principal del programa de armas de destrucción masiva y otras armas estratégicas del Instituto de Investigación sobre Desarme de la ONU, le dijo a The Guardian que la suspensión era «un gran problema; la suspensión del tratado no es igual a la retirada, pero en realidad, podría llegar a serlo con el tiempo».
«Un lado positivo es que la decisión rusa es política y puede revertirse fácilmente si cambian las relaciones políticas en general», agregó Baklitskiy. «Además, dado que el tratado existe, volver a la implementación sería sencillo. El problema, por supuesto, es que no se vislumbra ningún cambio de relaciones políticas».
Al cumplirse un año de la guerra en Ucrania, el mundo sigue con la incertidumbre de cómo y cuando acabará mientras todo apunta a una espiral violenta y peligrosa que amenaza con sobrepasar las fronteras ucranianas.