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Guerra Ucrania

Guerra UcraniaAFP

Un año de guerra en Ucrania

La primavera decisiva en el segundo año de la guerra en Ucrania

La reactivación del complejo militar-industrial occidental será decisiva para definir el carácter del conflicto a medio y largo plazo

Al cumplir un año del comienzo de la «Operación Especial» de Rusia contra Ucrania el enfrentamiento entre Moscú y Kiev se ha transformado de una intentona de toma del poder a través de un golpe de Estado fulminante a una guerra total entre dos conceptos militares, dos visiones políticas, dos economías y sociedades enfrentadas en un conflicto existencial para ambas a largo plazo.

A pesar de la sangría de los de los últimos doce meses, con bajas estimadas, según el británico Financial Times del 18 de febrero 2023, de 200.000 soldados rusos y unos 100.000 ucranianos ambos contendientes todavía creen que la opción militar les dará réditos y apuestan fervientemente por continuar las hostilidades hasta la «victoria final». Qué significa la «victoria final» todavía es un objetivo ambiguo, confuso y opaco según a que protagonista se escuche.

Según el semanario The Economist, Ucrania necesita unos 404 millones de dólares diarios para sostener la guerra y por su parte Rusia unos 650-700. Es decir que este último año ha costado unos 310 billones de dólares, un montante similar al PIB de Irlanda o Sudáfrica en 2022. La kinética de la guerra –el contacto entre fuerzas militares– y las sanciones auguran para 2022-23 una reducción del 5-8 % del PIB ruso y el 40-45 % del PIB ucraniano y para Kiev la destrucción de más del 55 % de la infraestructura del Estado ucraniano. Unas estadísticas inasumibles a largo plazo por ambos contendientes.

La guerra se mantiene por una parte por la línea de crédito internacional a Kiev (un 58-62 % del presupuesto), las ayudas directas de sus aliados de la OTAN (8-10 %) y el apoyo del complejo militar-industrial y vaciado de stocks militares de sus aliados occidentales (25-28 %). Tras doce meses de guerra total, el déficit de municiones, plataformas y tren logístico está paralizando operaciones ofensivas de su Ejército y seriamente afectando su capacidad defensiva de contener la cortina de fuego artillero ruso.

El problema no es sencillo pues desde el fin de la Guerra Fría en 1991 los complejos militares industriales occidentales se desmantelaron parcialmente como el «Dividendo de la Paz» o se transformaron para las guerras de contrainsurgencia o de intervención rápida de nuevo orden geopolítico imperante. Se abandonó la cadena de suministro par una guerra total convencional OTAN versus Pacto de Varsovia y ahora se tendrá que recomponer y reactivar a marchas forzadas para cerrar esta brecha entre suministro y desgaste kinético del frente de guerra. La buena noticia es que el proceso ya ésta en marcha y aunque tardará tiempo, el gran reto es si llegara a tiempo para salvar a régimen de Zelenski.

Por otra parte, Moscú en 2022 ha reactivado y movilizado la economía rusa para la guerra total. Una movilización que tomo ímpetu decisivo con la renovación militar rusa en la primera década del siglo XXI por el régimen de Putin, pues el complejo militar-industrial soviético nunca se desmanteló ni dejó de ser pieza integral de la economía rusa.

Moscú tiene la ventaja a corto y medio plazo de hacer que los números y la cantidad de armamento inclinen la balanza a su favor

Cabe recordar que las exportaciones de hidrocarburos eran prácticamente las únicas fuentes de divisas del Kremlin desde la implosión de la URSS en 1991. Moscú tiene la ventaja a corto y medio plazo de hacer que los números y la cantidad de armamento inclinen la balanza a su favor. Así pues cabe esperar que las ofensivas rusas de los próximos meses sean masivas y traten de romper la defensa ucraniana antes de que lleguen los suministros de los aliados de Kiev, de más calidad y ya en cantidades importantes que inclinen la correlación de fuerzas a su favor y decidan el conflicto o lo congelen definitivamente.

Los rusos están en una situación similar que los alemanes del Kaiser en la primavera de 1918

Los rusos están en una situación similar a los alemanes del Kaiser en la primavera de 1918 que, tras reforzarse con las tropas del este tras el acuerdo de Brest-Litovsk, tenían que derrotar a británicos y franceses en el oeste antes de que llegaran los decisivos americanos del otro lado del Atlántico. Conviene recordar que los alemanes fracasaron y perdieron la guerra seis meses después.

Así pues, la reactivación del complejo militar-industrial occidental en los próximos meses será decisivo no solo para la supervivencia de Ucrania si no para definir el carácter del conflicto a medio y largo plazo.

*Andrew Smith es miembro del Instituto Internacional de Estudios Estrategicos ( IISS) de Londres y del Geneva Centre of Security Policy ( GCSP) de Ginebra

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