EE.UU. se mete en el espacio postsoviético y trata de arrancar a Rusia su área de influencia

La invasión de Ucrania por parte de tropas rusas hace ya un año ha cambiado las reglas de juego.

La expansión de la influencia occidental por el espacio postsoviético centro asiático ha dejado de ser tabú.

Estados Unidos trata, mediante una intensa actividad diplomática, arrancar de la órbita rusa a importantes países postsoviéticos como Kazajistán, Uzbekistán, Tayikistán, Turkmenistán y Kirguistán.

Al menos dos de ellos, Kazajistán y Kirguistán, pertenecen a la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva, la alianza militar encabezada y controlada por Rusia. Uzbekistán formó parte de la alianza durante un tiempo.

Todos se supone que son aliados de Rusia, aunque, precisamente a raíz de la guerra en Ucrania, la desconfianza hacia Moscú ha aumentado ante el temor de que Putin inicie una reconstrucción imperialista de la Rusia zarista y soviética.

De hecho, los órganos de propaganda del Kremlin han lanzado varias advertencias en el sentido de que la situación en Ucrania podría repetirse en algunos países asiáticos.

En concreto, se ha apuntado de forma explícita a Kazajistán, país que en los últimos meses ha tratado de alejarse de Moscú y desarrollar su propia política exterior.

Todos esos países forman parte del llamado C5 + 1, un foro de diálogo constituido en 2021 que reúne a estas repúblicas centroasiáticas con Estados Unidos para debatir asuntos de interés común.

Kazajistán, Uzbekistán, Tayikistán, Turkmenistán y Kirguistán, sin embargo, ven este foro como un comodín para garantizar su soberanía e independencia frente a posibles agresiones como la que sufre Ucrania en este momento.

En ese contexto, el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, se reunió hoy por separado con sus homólogos de Kirguistán y Turkmenistán a los que expresó el respaldo de Washington a la soberanía, la independencia y la integridad territorial de sus países, ambos estrechos aliados de Rusia.

«Quiero decir que estamos orgullosos de la asociación que hemos construido en los más de 30 últimos años con Kirguistán», dijo el jefe de la diplomacia estadounidense al comienzo de su reunión con el titular de Exteriores kirguís, Jeenbek Kulubáev.

Tras expresar el compromiso de Estados Unidos con la soberanía, independencia e integridad territorial de Kirguistán, Blinken indicó que Washington busca continuar profundizando la cooperación para «promover los valores democráticos, la prosperidad económica y la conectividad regional».

«Quiero confirmar que Estados Unidos ha sido y será un socio extranjero clave para Kirguistán», dijo a su vez el ministro kirguís, que agradeció la ayuda estadounidense durante los últimos tres decenios.

Esa asistencia, añadió, «ha contribuido a construir un Kirguistán democrático, que tiene ahora una sociedad civil fuerte, derechos humanos protegidos, libertades fundamentales y que celebra elecciones internacionalmente reconocidas».

En su encuentro con el ministro de Exteriores turcomano, Rasit Merédov, tras respaldar la soberanía, independencia e integridad territorial de Turkmenistán, Blinken indicó que Estados Unidos quiere hacer más junto con Asjabad «para abordar no solo algunos de los desafíos regionales, sino también desafíos globales como el cambio climático».

Merédov, por su parte, manifestó su gratitud a Blinken por la oportunidad de «debatir importantes asuntos relativos a la cooperación bilateral, así como alguno de orden regional e internacional».

El secretario de Estado, que esta mañana ya se reunió con el ministro de Exteriores kazajo, Mujtar Tleuberdi, tiene previsto celebrar también un encuentro con el jefe de la diplomacia tayika, Sirojiddin Muhriddin.

Blinken llegó Astaná para participar en la reunión ministerial de las cinco antiguas repúblicas soviéticas de Asia Central que conforman el formato C5+1.