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El presidente chino, Xi JinpingEFE

371 días de guerra en Ucrania

El fracaso del plan de paz chino para Ucrania

A pesar de la apariencia de fracaso, el plan de paz de Pekín habría permitido a Xi Jinping alzarse como actor indiscutible para lograr el fin de la guerra entre Rusia y Ucrania

A simple vista, la diplomacia china habría fracasado con su plan de paz para Ucrania. Tanto Putin como Zelenski han rechazado, con palabras amables, la propuesta de Pekín para poner fin a la guerra.

Sin embargo, el documento difundido por el ministerio de Exteriores de China estaría redactado de forma que su «música» sonara bien para ambas partes, pero que fuera imposible de aceptar.

El plan de paz se aplica la estrategia del palo y la zanahoria tanto a rusos como a ucranianos. No exige la retirada de las tropas rusas de la Ucrania ocupada, pero tampoco reconoce la soberanía rusa sobre las cinco regiones anexionadas por Moscú.

De hecho, en el plan se incluye el respeto a la soberanía, independencia e integridad territorial de todos los países, algo incompatible con la ocupación y anexión rusa de Crimea, Zaporiyia, Jersón, Lugansk y Donetsk.

Se pide acabar con las sanciones unilaterales a Rusia que «solo crean nuevos problemas», pero también exige acabar con los ataques a civiles e instalaciones civiles, convertidas en objetivo militar por las fuerzas rusas.

Zelenski rechazó el plan de paz con el argumento de que toda propuesta con posibilidades de prosperar debe partir de las partes implicadas en el campo de batalla.

Saludó el interés chino en lograr una salida diplomática a la guerra, agradeció especialmente el reconocimiento al derecho a la soberanía e integridad territorial de los países, pero señaló que el plan de paz chino es sólo una opinión y no una propuesta real.

El presidente ucraniano también echó un capote al presidente chino, Xi Jinping, al asegurar que, en contra de lo denunciado por el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, «China no va a proporcionar armamento a Rusia, y eso es muy importante para nosotros».

Por medio de su portavoz, Dmitry Peskov, el Kremlin rechazó el plan porque «no hay solución pacífica en este momento». Peskov, no obstante, recibió «el plan de nuestros amigos chinos con gran atención».

Por lo tanto, Pekín no habría logrado su objetivo anunciado, un alto el fuego, pero sí el objetivo buscado: situarse como pieza esencial para la paz al arrebatar a Turquía el papel de mediador válido por ambas partes.

Quizás todavía no se ha llegado a ese punto. La desconfianza de Estados Unidos y la OTAN hacia China es enorme como para validar su papel como artífice de la paz. Pero las palabras de Zelenski se interpretan como que, para Kiev, se cuenta con Pekín para lograr una salida a la guerra.

Lukashenko, en el punto de mira en las últimas semanas al conocerse un borrador del Kremlin para anexionar Bielorrusia antes de 2030, sí respaldó al plan de paz de Pekín. ¿Se ha ganado China un nuevo aliado para lograr sus objetivos en Ucrania?

Más bien parece que el presidente ruso trata de marcar agenda propia sin distanciarse demasiado de Rusia. Ya lo intentó en el pasado al ofrecerse para lograr los acuerdos de Minsk que pusieron en pausa la guerra del Dombás en 2015.

Sea como fuere, China, con su plan de paz, ha logrado marcarse un tanto diplomático y deja claro, una vez más, que para forzar a Rusia a que se siente en la mesa de negociaciones hay que pasar por Pekín.