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Kem Sokha, líder opositor camboyanoAFP

Condenan a 27 años de prisión a Kem Sokha, principal líder opositor de Camboya

EE.UU. y organizaciones de derechos humanos perciben el arresto como un intento de dinamitar el sistema democrático del país

Kem Sohka, el líder opositor del ya disuelto Partido de Rescate Nacional de Camboya (PRNC), fue condenado este viernes a 27 años de prisión tras ser declarado culpable por el delito de traición.

Durante la madrugada del miércoles, alrededor de 100 policías fuertemente armados acudieron a la casa de Sohka para arrestarle por orden del Primer Ministro, el autócrata Hun Sen.

En esta ocasión, el juez encargado del caso, Koy Sao, declaró que Sohka «es sentenciado por el cargo de colusión con extranjeros cometidos en Camboya y otros lugares».

El político opositor negó las acusaciones de conspiración con potencias extranjeras con el objetivo de acabar con el actual gobierno del primer ministro Hun Sen. Sus abogados planean apelar su condena.

El arresto del líder opositor hizo saltar las alarmas en la embajada de Estados Unidos en Camboya. El embajador estadounidense, W. Patrick Murphy, emitió enseguida un comunicado en el que tachó las acusaciones sobre Sohka de «teorías de conspiración inventadas».

Murphy acudió al tribunal de Non Pen –capital camboyana– donde Sohka fue condenado para mostrarle su apoyo y reclamar una transición hacia un país más «libre».

«Eliminar el sistema democrático»

«Pedimos a las autoridades que permitan a todos los camboyanos disfrutar de los derechos humanos universales de reunión pacífica y libre expresión y a participar en la construcción de un sistema verdaderamente democrático», instó el embajador estadounidense.

Las asociaciones de derechos humanos señalan que el juicio pretende silenciar a los opositores del Partido Popular de Camboya (CPP) en el marco del ambiente previo a la celebración de unas elecciones generales previstas par el próximo julio.

El subdirector de Human Rights Watch en Asia, Phil Robertson, escribió vía Twitter que «es obvio que los cargos contra Kem Sokha no eran más que una estratagema políticamente motivada del Primer Ministro para dejar de lado al principal líder de la oposición de Camboya y eliminar el sistema democrático del país».

«Enviar a Kem Sokha a prisión –prosiguió– no se trata solo de destruir su partido político, sino de aplastar cualquier esperanza de que pueda haber elecciones generales genuinas en julio».

Amnistía Internacional, por su parte, apoyó las afirmaciones de Murphy sobre los cargos «inventados» y acusó al sistema judicial del país de «demostrar una vez más su asombrosa falta de independencia».