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El presidente Emmanuel Macron negocia un posible régimen de autonomía para CórcegaAFP

Francia

Un tribunal de Córcega prohíbe el empleo de la lengua corsa en la Asamblea de la isla

La justicia corsa dictaminó que el empleo del idioma regional en la Asamblea va en contra de la Constitución francesa

En Francia la función de la lengua francesa como elemento vertebrador del Estado es un principio sacrosanto consagrado en la Constitución republicana.

El intento de la Asamblea de Córcega de imponer el corso como lengua de trabajo ha sido declarado contrario a la Constitución por un tribunal de Córcega, que ha prohibido su uso en la cámara regional.

El tribunal de Bastia, localidad del norte de la isla, dictaminó que el francés es el único idioma permitido por la Constitución para ejercer un cargo público, informó el diario The Guardian.

«El artículo 2 de la Constitución del 4 de octubre de 1958 establece que el uso del francés es vinculante para las personas jurídicas de derecho público y las personas del sector privado en el ejercicio de una función de servicio público», recordó la sentencia.

La decisión se ha visto como una afrenta y un ataque a la identidad corsa por parte de los partidos independentistas de la isla.

El tribunal corso no se limitó únicamente a la cuestión del idioma, sino que también negó «la existencia de un pueblo corso», un concepto que supondría una violación de la Constitución francesa.

El presidente del consejo ejecutivo corso, el nacionalista Gilles Simeoni, así como la presidenta del parlamento corso, Marie-Antoinette Maupertuis, realizaron una declaración conjunta en la que aseguraron que «esta decisión equivale a despojar a los miembros del parlamento de Córcega su derecho a hablar en su idioma durante los debates».

Aprovecharon la sentencia para reclamar la oficialidad del corso con el argumento de que «esta decisión judicial y su motivación no hacen más que confirmar la absoluta necesidad de una revisión constitucional para garantizar a la lengua corsa el estatuto de cooficialidad, condición esencial para su supervivencia y su desarrollo».

Además, dieron a entender que no cumplirán la sentencia: «Es impensable para nosotros». En ese sentido, anunciaron que recurrirán el veredicto.

Los demás políticos independentistas corsos reaccionaron con mayor virulencia a la prohibición del corso en el parlamento regional. Jean-Christophe Angelini, del independentista Partido de la Nación Córcega, aseguró que el veredicto es «un insulto». El independentista Core in Fronte, lo definió de «vergonzoso».

La isla, lugar de nacimiento de Napoleón Bonaparte, ya cuenta con un estatus especial dentro de la República Francesa centralizada, que le permite gozar de un cierto grado de autonomía y constituir su propia asamblea parlamentaria.

Sin embargo, sus funciones son muy limitadas, casi testimoniales, y la clase política corsa reclama una autonomía auténtica que les permita decidir al margen de París en materias de impuestos, educación, sanidad, seguridad o infraestructuras.

El francés, primera lengua de Córcega

Con alrededor de 150.000 hablantes, el corso es la segunda lengua de la isla de Córcega –cuya población es de 340.000 habitantes–, por detrás del francés.

Se trata de una lengua romance emparentada con el toscano, dialecto de origen del italiano, y catalogada por la UNESCO como lengua en peligro.

Sin embargo, muchos lingüistas no lo consideran una lengua real, sino un dialecto del, a su vez, dialecto toscano.

Históricamente, el devenir de Córcega ha estado muy vinculado a la región de Toscana, al igual que de la sureña Cerdeña. De hecho, el corso también se habla en algunos puntos del norte sardo.

Desde su reunificación, las autoridades italianas han mantenido una reclamación territorial sobre la isla.
Sin embargo, el triunfo del fascismo en Italia y la Segunda Guerra Mundial alejaron definitivamente a Cerdeña de Italia.

Fue tras la derrota de las potencias del eje cuando el idioma corso, identificado con posturas proitalianas, empezó a perder terreno frente al francés.