381 días de guerra en Ucrania
Los mercenarios Wagner se sitúan a un kilómetro del centro administrativo de Bajmut
Yevgeny Prigozhin, líder del Grupo Wagner, afirmó en un vídeo que sus mercenarios se encuentran ya a un kilómetro y 200 metros del centro administrativo de la ciudad de Bajmut.
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Desde la azotea de un edificio, ataviado con ropa de camuflaje, chaleco y casco, Prigozhin señala a un bloque cercano: «Ese edificio de allí es el ayuntamiento de la ciudad. Es el centro y está a un kilómetros y doscientos metros de distancia».
Al fondo, mientras Prigozhin señalaba amenazante al edificio administrativo de Bajmut, no dejaban de sonar los impactos de la artillería ucraniana: «Lo importante es recibir más municiones y avanzar», fue toda reacción del líder de Wagner al fuego ucraniano.
Las afirmaciones de Prigozhin sobre una inminente conquista del centro administrativo aparecen desmentidas, sin embargo, por el informe diario del Institute for the Study of War (ISW), donde se afirma que «las fuerzas rusas no hicieron ningún avance confirmado dentro de Bajmut el 11 de marzo».
«Es probable que los combatientes del Grupo Wagner estén cada vez más atrapados en áreas urbanas», sentenció.
El parte de guerra del alto mando ucraniano también parece desmentir los avances de Wagner en el centro de Bajmut.
Pese a ello, el ministerio de Defensa británico reconoció que la línea del frente se ha situado ahora en el centro de la ciudad.
Después de ocho meses de encarnizado combate, con los últimos tres meses de especial intensidad, la batalla de Bajmut se ha convertido en la más sangrienta de toda la guerra.
Los dos bandos han sufrido unos niveles de pérdidas insoportables y han quedado agotados. En tan solo las últimas 24 horas, murieron 221 combatientes rusos y 300 resultaron heridos en Bajmut, según fuentes del ministerio ucraniano de Defensa.
El Kremlin, por su parte, cifró en 210 los soldados ucranianos muertos en la defensa de la región de Donetsk en las últimas 24 horas.
Los alrededores de la ciudad están llenos de cadáveres de soldados rusos y mercenarios Wagner abandonados, según varios testimonios de combatientes ucranianos.
La ciudad, que a priori no tiene un gran valor estratégico, se ha convertido en pieza clave, precisamente, por la obsesión del Kremlin en darle esa importancia.
Ahora, si las tropas rusas fracasan en el objetivo de conquistarla, sería un revés tan severo que podría marcar el declive definitivo de la invasión rusa.
Si, por el contrario, la conquistan, Putin lo presentará como una gran victoria y el alto mando ruso confía en que le abra la puerta para conquistar el resto de la región de Donetsk.
La propaganda rusa se afana en presentar la conquista de Bajmut como una cuestión de vida o muerte.
Sin embargo, su ocupación no dará grandes beneficios a Rusia. Más bien supondrá un reto logístico, ya que la ciudad estará expuesta al constante fuego de artillería ucraniana desde las posiciones elevadas que la rodean.
Ir más allá, con sus fuerzas agotadas tras meses de bajas y destrucción de material para conquistarla, se presenta una tarea imposible.
Según explicó la viceprimera ministra ucraniana, Olga Stefanishyna, aunque Bajmut caiga, Ucrania seguirá en posesión de «los corredores estratégicos que permiten controlar» la región de Donetsk.
Las líneas del frente continuarán bloqueadas después de Bajmut y entonces será el turno de la contraofensiva ucraniana con la llegada de nuevas fuerzas frescas y entrenadas en países de la OTAN durante meses y, sobre todo, la llegada de los nuevos sistemas de artillería, vehículos blindados y carros de combate prometidos por los países occidentales aliados de Kiev.
Lo cierto es que, mientras que las tropas rusas permanecen bloqueadas en el sur de Bajmut fracasando en todos sus intentos de asalto, los mercenarios Wagner no han dejado de avanzar metro a metro.
A principios de esta semana anunciaron que habían logrado dominar todo el sector oriental de la ciudad y se disponían a asaltar el centro administrativo.
Los mercenarios Wagner también lograron ocupar las instalaciones del estratégico complejo industrial de AZOM.
Esa conquista habría tenido un reverso al convertirse en una ratonera. Los mercenarios han quedado atrapados en las instalaciones industriales sin poder continuar el avance y bajo fuego constante de la artillería ucraniana.
En ese contexto, tanto en el Ejército ucraniano como en sus aliados occidentales no se comprende por qué Zelenski y su mando militar insisten en resistir en Bajmut cueste lo que cuete.
«Es necesario ganar tiempo para construir reservas y lanzar una contraofensiva, que no está lejos», aseguró.
Olga Stefanishyna puso de relieve que la carnicería que ha supuesto para Wagner y el Ejército ruso el asedio de Bajmut no es nada comparado con lo que les esperaría si pretenden seguir avanzando.
Aseguró que Bajmut se ha convertido en «zona de muerte» lo que impedirá cualquier intento de continuar un asalto frontal sobre la región de Donetsk.