Familiares de los presos políticos cubanos confían en que EE.UU. y el Papa presionen por su liberación

«La seguridad del Estado me llamó y me preguntó si mis hijos tenían pasaportes» señala Marta Perdomo, madre de Jorge y Nadir, dos jóvenes cubanos encarcelados en La Habana por participar hace dos años en las mayores protestas contra el régimen castrista en sus 64 años de dictadura.

«Eso me alarmó porque entonces pensé que deberían saber si mis hijos tienen pasaportes» contó Perdomo a CNN por lo que ella preguntó a los agentes del régimen comunista por qué le preguntaban eso y la respuesta que obtuvo fue «hay cosas sobre la mesa».

La extraña llamada, despertó el temor, pero también la esperanza de que en Cuba suceda lo mismo que en Nicaragua, donde la dictadura de Daniel Ortega, aliada de la cubana, excarceló y expulsó hacia Estados Unidos a 222 presos políticos producto de gestiones directas de Washington y de la estrategia del régimen de 'externalizar la disidencia'.

De visita en La Habana el pasado 8 de febrero, el cardenal Beniamino Stella, enviado del papa Francisco, dijo que la Iglesia católica «desea mucho» que Cuba libere a los condenados por las protestas antigubernamentales del 11 de julio de 2021.

«El Papa quiere mucho que haya una respuesta positiva», dijo Stella y abogó por encontrar la formula que de una u otra manera permita la libertad de los 700 presos políticos cubanos: «Amnistía, clemencia, como se llame. Las palabras son secundarias... (lo) importante es que los jóvenes que alguna vez hablaron de una manera que conocemos puedan regresar a sus hogares».

El régimen castrista, reacio ha mostrar debilidad ante las presiones externas no han dado mayores señales de querer liberar a los «vándalos» y «contrarrevolucionarios» como los calificó el Miguel Díaz-Canel.

Sin embargo, según recuerda CNN, la Iglesia Católica ha tenido éxito en el pasado asegurando la liberación de prisioneros de las cárceles cubanas. Así sucedió antes de las visitas de los papas Benedicto XVI y Francisco a la isla comunista, cuando la dictadura cubana aceptó liberar a miles de prisioneros.

Aunque en menor cantidad y frecuencia, la diplomacia de EE.UU. también cuenta con algunos antecedentes en la búsqueda de la liberación de presos políticos en Cuba.

Como parte de las conversaciones secretas para normalizar las relaciones con el gobierno de Barack Obama, algunas de las cuales tuvieron lugar en el Vaticano, la dictadura castrista también acordó liberar a 53 cubanos de sus cárceles.

Todavía no está claro qué podría ganar La Habana con una nueva liberación de presos políticos, aunque el régimen cubano podría estar interesado en obtener un alivio de las sanciones económicas impuestas por Estados Unidos.

Brian Nichols, subsecretario de Estado para el Hemisferio Occidental dijo en Miami la semana pasada que «públicamente y en privado en conversaciones con funcionarios cubanos, el gobierno de Estados Unidos continúa pidiendo la liberación de los presos políticos».

El funcionario de la administración Biden agregó que «si bien nos oponemos firmemente al exilio forzado, Estados Unidos no le dará la espalda a los presos políticos, y si quieren venir a Estados Unidos, exploraremos las vías disponibles bajo la ley estadounidense para darles la bienvenida».

Mientras tanto, los familiares de los presos políticos mantienen la esperanza de que las presiones estadounidenses o los ruegos del Vaticano surtan efecto más temprano que tarde.