La reforma de las pensiones se tambalea en Francia: Los Republicanos podrían no apoyar a Macron
La reforma de las pensiones en Francia se tambalea por el flanco que menos se esperaba, el de Los Republicanos, el partido de centro derecha fundado por el expresidente Nicolás Sarkozy que se había convertido en el principal aliado de Emmanuel Macron en el proyecto legislativo.
Los Republicanos apoyaron el texto en la votación celebrada en el Senado el pasado sábado, pero ahora debe pasar por el trámite de la Asamblea Nacional, antes de su aprobación definitiva en una segunda votación del texto, con las pertinentes enmiendas, en el Senado.
El trámite del Senado no será especialmente complicado. El problema se dará en la votación para su aprobación en la Asamblea Nacional, donde las dinámicas no funcionan de la misma manera.
En la Cámara del Palais-Bourbon, los diputados de Los Republicanos –muy divididos– están sembrando dudas sobre el texto y un puñado de ellos podría abstenerse, echando por tierra la reforma.
En el gobierno de la primera ministra Elisabeth Borne el nerviosismo es máximo. Incluso en caso de que Los Republicanos apoyaran en bloque la reforma, la mayoría absoluta para su aprobación es muy ajustada.
El portavoz del gobierno, Olivier Véran, afirmó que seguirán trabajando para «buscar acuerdos» y sumar los apoyos necesarios para lograr la mayoría absoluta, informó Efe. «Tenemos que buscar consensos».
También desveló que la primera ministra Borne solicitó a sus ministros que trabajen hasta la votación en la búsqueda de un acuerdo lo más amplia posible para alcanzar la mayoría absoluta.
Sin embargo, en caso de que finalmente la reforma de las pensiones no logre la mayoría absoluta, el gobierno francés guarda el as en la manga del mecanismo 49.3 de la Constitución, que permite al gobierno aprobar proyectos de ley sin pasar por el trámite parlamentario.
Sin embargo, el portavoz del gobierno francés aseguró que «no queremos un 49.3», un mecanismo que el gobierno de Borne ya empleó para aprobar los presupuestos.
En medio de la campaña de protestas generalizada de los sindicatos contra la propuesta de reforma, el gobierno está incluso dispuesto a hacer caer el texto antes que aprobarlo por la fuerza mediante el mecanismo del artículo 49.3.
Los sindicatos, por su parte, han convocado una nueva manifestación, que se espera sea masiva, el 15 de marzo. Esa protesta será la octava convocada por los sindicatos franceses para tratar de tumbar la reforma en las calles.
En caso de que finalmente la reforma fracase, después de la negativa del ejecutivo de Borne de negociar con los sindicatos, voces dentro de Los Republicanos hablan ya de buscar confluencias con fuerzas de la oposición para una moción de censura que derribe al gobierno.