384 días de guerra en Ucrania
Así funciona el MQ-9 Reaper, el ojo de EE.UU. en el mar Negro derribado por un caza ruso
El incidente producido ayer sobre aguas internacionales del mar Negro entre un dron estadounidense MQ-9 Reaper y un avión de combate ruso Su-27 ha despertado muchas dudas respecto a la naturaleza del episodio, pero también ha devuelto a la actualidad la función de los drones artillados en la guerra moderna.
En Ucrania han cobrado notoriedad los drones suicidas, como los Shahed-136 iraníes empleados por Rusia, y los drones de combate, como los Bayraktar TB2 turcos empleados por Ucrania.
Sin embargo, los drones espía artillados como los Reaper parecían permanecer en un segundo plano hasta el derribo del estadounidense ayer.
Según la poca información disponible, el Pentágono se vio obligado a destruir su aparato después de que el caza ruso Su-27 lo interceptara.
Washington denunció que Moscú provocó el incidente a propósito a pesar de que el dron sobrevolaba aguas internacionales. Moscú, por su parte denunció que Estados Unidos juega a un juego peligroso al lanzar sus drones de reconocimiento sobre cielos rusos.
En cualquier caso, según aseguró el coronel de la fuerza aérea de Ucrania, Yuriy Ignat, «otro dron ya está operando en el lugar del explorador derribado».
El MQ-9 Reaper es la evolución del Predator, el primer avión no tripulado de reconocimiento con capacidad de ataque que se empleó, por primera vez, en la guerra de Serbia de 1995.
Sin embargo, sería en las guerras de Afganistán y de Irak, ya en la primera década del siglo XXI, cuando estos sistemas cobraron un papel protagonista en la estrategia militar estadounidense.
Fabricado por General Atomics, el MQ-9 Reaper es un avión no tripulado de 11 metros de largo por 22 metros de envergadura.
Tiene capacidad para transportar hasta 16 misiles Hellfire. Puede alcanzar una altitud de vuelo de 15 kilómetros con una autonomía de 24 horas.
Para su pilotaje hacen falta dos operadores involucrados de forma remota: uno para pilotarlo y otro para operar sus sensores y el armamento. Esta tripulación opera desde una base de drones en Estados Unidos, lejos del teatro de operaciones.
Desde la retirada del Predator, en 2017, el Reaper se convirtió en el principal avión no tripulado de las fuerzas aéreas estadounidenses.