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El líder laborista de Gran Bretaña, Keir Starmer

El líder laborista de Gran Bretaña, Keir StarmerEFE

Reino Unido

El laborismo inglés da la espalda a una ley trans como la de Podemos

Keir Starmer, líder de la izquierda británica, da un paso atrás y rechaza la reforma de la Ley de Reconocimiento de Género que acabó con Nicola Sturgeon

Keir Starmer, líder del Partido Laborista, ha dado un paso hacia atrás, y cambiado su posición respecto a la auto-identificación de las personas transgénero.

Por miedo a enfrentarse a consecuencias similares a las que sufrió Nicola Sturgeon en Escocia, el Laborista ha elegido la prudencia, y rebajado el apoyo de su partido a esta causa LGBTQ+.

Anteriormente, Starmer había prometido reformar la Ley de Reconocimiento de Género (GRA) para permitir que las personas trans de Gran Bretaña decidiesen sobre propio género de manera independiente.

En un mensaje para la web de noticias LGBT Pink News, y con motivo de la celebración del Orgullo Gay de 2021, el Laborista afirmó que su prioridad era «formar un Gobierno que pudiese implementar esa legislación, y cambiar la sociedad para que, quienquiera que seas, puedas vivir una vida feliz y plena».

En las mismas declaraciones, Starmer agregó que su partido estaba «comprometido a actualizar la Ley de Reconocimiento de Género para introducir la autoidentificación de las personas trans».

Sin embargo, el Laborista pareció alejarse ahora de esa promesa cuando, durante una rueda de prensa en Stoke-on-Trent, demostró que no planeaba seguir adelante con los cambios.

«Creo que si reflexionamos sobre lo que ha sucedido en Escocia, la lección es que si vas a hacer reformas, tienes que tener el apoyo del público. Ese es un mensaje muy importante. Por eso, considero que en Escocia debería replantearse toda esta situación», respondió Starmer a la prensa.

La Ley Trans escocesa

Es normal que Keir Starmer tema arriesgarse con su reforma de la ley trans, porque esa misma decisión le costó el puesto a Nicola Sturgeon, antigua ministra principal de Escocia.

El pasado febrero, Nicola Sturgeon renunció de forma inesperada al cargo de ministra principal. ¿El motivo? Su enfoque radical respecto a los derechos de los transexuales le había costado el apoyo de gran parte de sus colegas del SNP, Partido Nacionalista Escocés.

Esbozó una ley que habría permitido a cualquier persona mayor de 16 años escoger su propio género, sin necesidad de un certificado médico. La ley nunca tomó forma, puesto que Westminster la bloqueó rápidamente.

En un primer momento, Keir Starmer guardó silencio respecto a la propuesta de Nicola Sturgeon. Sin embargo, el pasado mes de enero, reveló que opinaba que los adolescentes de 16 años eran demasiado jóvenes para cambiar legalmente de género, primer paso hacia atrás en su apoyo a la causa trans.

Críticas a los Laboristas

Los Laboristas no se aclaran. Desde que el debate sobre las definiciones del género tomó importancia en el marco político, los miembros del partido se contradicen, llegando a dar respuestas diferentes a la pregunta más básica: ¿qué es una mujer?

En mayo de 2022, su líder Keir Starmer se negó a ceder ante la presión y afirmar que una mujer podría tener genitales masculinos, aunque luego se corrigió al argumentar que «la biología importa».

Wes Streeting, el secretario de salud en la sombra, rompió filas la primavera pasada cuando declaró que «los hombres tienen pene, las mujeres tienen vagina», solo para que Emily Thornberry, la fiscal general en la sombra, insistiera en que algunas mujeres «tendrán pene». Y Lisa Nandy, la secretaria de relaciones exteriores en la sombra, sugirió que la sociedad debería «tomarse en serio» a los niños de tan solo 13 años que quieran cambiarse de género.

Pero el partido de Keir Starmer también recibió críticas por parte de Rosie Duffield, una de sus diputadas, que afirmó haber sufrido «falta de apoyo» tras expresar opiniones críticas sobre la autodenominación de género.

Duffield comparó su involucramiento en el Partido Laborista con «una relación abusiva», ya que fue interrumpida por sus compañeros de banquillo durante un debate sobre la reforma propuesta por Nicola Sturgeon.

«Keir [Starmer] puede descartar esto como un problema de guerra cultural, pero para estas mujeres no lo es. Y sé que no soy la única diputada del partido que lo piensa, pero si la única que se atreve a hablar», escribió la diputada de Canterbury, a través de su cuenta de Twitter.

El Partido Laborista encabeza las encuestas de cara a las próximas elecciones, que tendrán lugar en enero de 2024. Este paso atrás en cuanto a la Ley de Reconocimiento de Género sitúa a la izquierda británica en el extremo opuesto a la española, cuya ley trans ya causa estragos entre la sociedad.

El pasado 21 de marzo, durante las pruebas físicas para las oposiciones a Policía Local del municipio madrileño, un hombre efectuó su examen con el balón medicinal destinado a las mujeres, que es más ligero y por lo tanto más fácil de manipular. Pero los responsables de las pruebas no pudieron impedírselo, ya que el hombre había realizado el cambio de sexo en el registro civil del Ayuntamiento de Torrelodones, y llevaba encima un poder notarial en el que se afirmaba que era una mujer transexual.

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