Brasil
La colección de causas judiciales que le esperan a Bolsonaro en Brasil
Apenas han sido tres meses, pero parece una eternidad. Ese es el tiempo transcurrido entre la salida de Jair Bolsonaro de Brasil y su regreso. La avalancha de acontecimientos sucedidos en su ausencia, hace pensar que el expresidente se fue hace mucho, pero lo cierto es que se subió al avión rumbo a Orlando en el último mes de 2022.
Bolsonaro evitó estar en Brasil el día 1 de enero para no tener que asistir a la ceremonia de investidura de Lula y de paso, quitarse de en medio por si había tentaciones, una vez perdida su inmunidad, de arrestarle.
El político, que despierta pasiones a favor y en contra como pocos, había pedido una extensión de su visado para permanecer en Estados Unidos. No trascendió si lo logró o no, pero lo cierto es que se ha vuelto cuando se le vencía el de tres meses.
El antiguo capitán del Ejército ha regresado a casa y la noticia tiene aristas afiladas para él, pero también para su sucesor que le tendrá enfrente con una oposición feroz. Bolsonaro afrontará, salvo milagro, más de una docena de procesos judiciales y si el rencor hace mella en el Poder Judicial y en Luiz Inacio Lula Da Silva, no debería descartar que vaya a protagonizar un auténtico peregrinaje por los juzgados de primera instancia. Perdidos sus fueros, cualquiera puede denunciarle y hay lista de espera para hacerlo.
La Corte Suprema, contra la que embistió durante y después de las elecciones de octubre, acumula expedientes en su contra, pero también los tribunales ordinarios. La máxima instancia judicial tiene clavada la espina de las invectivas de Bolsonaro y fresco en la memoria sus críticas a la transparencia del proceso electoral, donde perdió por un puñado de votos: 49,1 % frente al 50,9 % de Lula.
Su denuncia de que las máquinas de votación estaban trucadas en la segunda vuelta, le valió la reprimenda del Tribunal y una multa de más de cuatro millones de dólares al partido, al considerar que había actuado de mala fe y con afán de enturbiar la paz social en Brasil.
Los argumentos de Bolsonaro apuntaban a que resultaba inverosímil pensar que había distritos en los que no había conseguido un voto en el balotaje, mientras en primera vuelta había contabilizado numerosas adhesiones. Eso alimentó la sospecha de que una mano negra había intervenido.
El frente más inmediato y posiblemente grave donde tendrá que dar la batalla es el asalto de cientos de sus seguidores a las sedes del Poder Ejecutivo, Legislativo y Judicial en Brasilia. La justicia le tiene en la mira por su presunta complicidad o instigación a las revueltas que protagonizó una turba que, como él, no reconocía la victoria de Lula.
Para los Lulistas fue un intento de golpe de Estado, para el resto, un episodio vergonzoso que no tiene nada que ver con algo parecido a una asonada o intentona golpista.
La condena de las joyas de Arabia
Entre la política y la codicia, se tramita una causa sobre importación ilegal de joyas por valor de varios millones de dólares, recibidas como regalo de Estado de Arabia Saudí en 2019.
Otra de las causas en las que tendrá que defenderse y pagar de su bolsillo a los abogados es más sensible y dolorosa para las cerca de 700 mil de familias que perdieron a algún ser querido por la pandemia.
Aseguró que los británicos que se habían vacunado «desarrollaban el síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA)»
Una comisión parlamentaria le atribuyó la divulgación de noticias falsas sobre las vacunas contra la covid. Uno de los argumentos que ponen sobre la mesa son las palabras del que entonces era el Jefe del Estado. Aseguró que los británicos que se habían vacunado «desarrollaban el síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA)». Alexandre de Moraes, titular de la Corte Suprema, intentó entonces que le sentarán en el banquillo por incitar a la población a desobedecer normas de Sanidad obligatorias.
Otros asuntos que tiene en mira por su atropellada forma de conducirse: su exministro de Justicia y azote de Lula antes de que recuperara la Presidencia, Sergio Moro, le denunció por intentar manipular a la Policía. Dicho de otro modo, por injerencia indebida.
Las acusaciones contra Jair Bolsonaro son un suma y sigue: por uso irregular de fondos públicos, prevaricación, corrupción y una lista que promete darle más de un dolor de cabeza en su regreso a casa, aunque al final, pueda terminar absuelto de todo.