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Cuartel general de la OTAN en Bruselas

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Turquía mantiene el portazo a Suecia y su adhesión a la OTAN se encuentra en punto muerto

Ankara ha denunciado en los últimos meses la acogida de simpatizantes del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) en el país nórdico

Finlandia dio un pasó clave para convertirse en el país número 31 de la OTAN. Tras una intensa sesión en la Gran Asamblea Nacional turca, el ejecutivo de Recep Tayyip Erdogan daba 'luz verde' este jueves al ingreso del país escandinavo en la Alianza Atlántica. De esta forma, Finlandia ya no tendría ningún escollo de los países que componen el organismo.

Noticia que fue celebrada por el presidente finlandés Sauli Niinistö en su cuenta de Twitter y por el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg. De esta forma, tras varios meses con posturas enfrentadas, las conversaciones entre Finlandia y Turquía llegaban a buen puerto.

El siguiente paso será la notificación por parte del ejecutivo de Erdogan, a la propia Alianza, de que la candidatura finlandesa ha sido ratificada. En este punto, la OTAN podrá enviar una invitación formal. Está previsto que en unos días se materialice dicha invitación en la reunión de los ministros de Exteriores de Turquía y Finlandia. Finalmente, el Tratado del Atlántico Norte se incluirá en la legislación finlandesa y tendrá que ser firmado y enviado a Washington. Una vez completado todo el proceso, Finlandia será a todos los efectos nuevo estado miembro de la OTAN.

En este contexto entra en juego un tercer país: Suecia. Al igual que Finlandia, el ejecutivo sueco seguía a la espera de recibir el consentimiento turco para poder formar parte de la OTAN. Sin embargo, todo parece indicar que las negociaciones entre ambos países serán más delicadas que con Finlandia.

Desde Ankara siguen manteniendo lo dictado hace meses. Es decir, la principal demanda turca pasa por la acogida de simpatizantes del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) en Suecia, así como la extradición de un centenar de terroristas a ojos de Turquía. Demandas que, de momento, Suecia no ha cumplido, manteniéndose así el veto turco para su ingreso en la OTAN.

Hungría entra en juego

Para que un país pueda recibir la invitación formal de la OTAN, este debe tener el beneplácito de todos los países sin excepción. En el caso sueco, no sólo Turquía se opone a su adhesión, si no que el Gobierno de Viktor Orbán también se ha negado a la entrada de Suecia en el organismo.

Desde el país húngaro recriminan la actitud sueca tras las críticas vertidas a su estado de derecho. Así lo aseguraba el portavoz del Gobierno de Hungría, Zoltán Kovacs, quien afirmaba que aún hay «una amplia cantidad de quejas que hay que abordar antes de que se ratifique la admisión del país».

Asimismo, Kovacs ha acusado a varios políticos suecos de mantener una actitud de «superioridad moral» y con «falta de respeto».

A esto hay que añadir la quema de un ejemplar del Corán por un ultraderechista sueco frente a la embajada turca en el país nórdico hace unos meses. Suceso que recrudeció las relaciones con Turquía y Hungría, que tildaba de «racismo evidente» lo sucedido.

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