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Las banderas nacionales de los países miembros de la OTAN en BruselasAFP

Alianza Atlántica

Finlandia se convierte en miembro de la OTAN y duplica la frontera de la Alianza con Rusia

Helsinki se convierte en el miembro número 31 de la organización y ratificará hoy su ingreso, alentado por el miedo al expansionismo ruso

La Alianza Atlántica suma desde hoy una frontera de más de 1.300 kilómetros de largo con uno de sus mayores enemigos, Rusia, y que en la actualidad libra, según su retórica, una guerra contra Occidente en Ucrania. Tras muchos obstáculos, finalmente, Finlandia pasa a ser un miembro de pleno derecho de la OTAN.

Helsinki, que aspiraba unirse a la organización junto con Suecia, ha tenido que torear a un peso pesado como Turquía, que ha puesto trabas al país escandinavo desde el momento que este manifestó su intención de unirse a la Alianza. Ankara ha cedido y ha aceptado a Finlandia, pero no a Suecia, país que acusa de «acoger terroristas».

Marin no podrá vivir la entrada de su país a la Alianza, si no es capaz de conseguir los apoyos necesarios, ante una derecha que ha ganado influencia en el país europeo. Dos días después de los comicios, Finlandia se prepara para celebrar su adhesión a la OTAN.

«Esta es una semana histórica», anunció ayer el secretario general de la Alianza, Jens Stoltenberg. «Izaremos la bandera finlandesa por primera vez aquí, en la sede de la OTAN. Será un buen día para la seguridad de Finlandia, para la seguridad nórdica y para la Alianza en su conjunto», clamó el político noruego.

Finlandia se convierte en el miembro número 31 de Organización del Tratado del Atlántico Norte y como señaló Stoltenberg su bandera blanca, con la característica cruz azul, ondeará junto con las demás en la sede de la OTAN, en Bruselas.

La integración del país escandinavo se ha convertido en el proceso «más rápido de la historia moderna» de la organización, aseguró el secretario general de la organización. Un acontecimiento que se materializará hoy con la entrega formal de los documentos de adhesión al secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken.

Una ceremonia, con mucho peso, ya que coincidirá con el 74º aniversario del nacimiento de la OTAN, el 4 de abril de 1949. Más de 70 años después y tras una nueva guerra en Europa, la Alianza celebra que está más unida que nunca, a pesar de las predicciones del Kremlin.

Rusia decidió invadir Ucrania en febrero del año pasado bajo la excusa de «desnazificar» el país, pero, además, culpó a la Alianza Atlántica de expandir sus fronteras en lo que Moscú considera su «zona de influencia». La guerra en Europa levantó los temores de países como Suecia o Finlandia, este último cuenta con una larga frontera con el país euroasiático.

El temor al expansionismo desmedido de Putin provocó el efecto contrario al esperado por el Kremlin. La invasión rusa de Ucrania, en vez de dividir a los países occidentales, alentó una fuerte unión. Finlandia y Suecia terminaron por sucumbir a la seguridad de la Alianza y solicitaron su ingreso.

Helsinki ya se encuentra oficialmente bajo el paraguas de la OTAN. Suecia, sin embargo, tendrá que esperar, al menos, hasta que se celebren las elecciones en Turquía, donde el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, se juega su reelección y ha hecho de la adhesión de Estocolmo a la organización una vendetta personal.

Aun así, Stoltenberg volvió a expresar su confianza en que el país escandinavo se convierta, finalmente, en miembro de la Alianza en un «futuro próximo». Pero, la entrada de Finlandia a la OTAN entraña ciertos riesgos. La Alianza dobla su frontera con Rusia, que pasaría de algo más de 1.200 kilómetros a casi 2.600, un vasto territorio, que la organización se ha comprometido a salvaguardar.