Caso Stormy Daniels-Trump
El juez no le ordenó pero le pidió a Trump que se muerda la lengua para evitar disturbios
El expresidente estadounidense publicó una fotografía en su red social en la que aparecía sosteniendo un bate de béisbol junto al fiscal
El juicio contra Donald Trump, por el caso Stormy Daniels, ha dejado imágenes para el recuerdo y la historia de Estados Unidos. Trump se ha convertido en el primer mandatario estadounidense en sentarse en el banquillo de los acusados.
Pero para el magnate todo pasa por algo y lejos de mantener un perfil bajo, ante unas acusaciones de pago irregulares para ocultar una relación extramatrimonial con una actriz porno, Trump ha convertido todo el revuelo mediático en publicidad, dinero y exposición pública.
Durante el juicio de ayer, en Nueva York, el juez Juan Manuel Merchán, que lleva el caso, advirtió al expresidente sobre «incitar a la violencia». Como todo lo que rodea a este caso, durante la comparecencia de Trump, la fiscalía aportó una prueba poco común.
No se trataba ni de un documento bancario, ni una declaración jurada. La fiscalía utilizó una publicación del magnate en la que aparecía Trump sosteniendo un bate de béisbol junto a una imagen de Alvin Bragg, el fiscal del distrito de Manhattan, que lleva la acusación contra él.
La publicación en Truth Social pasó a formar parte de la denuncia contra Trump sobre su comportamiento imprudente en el curso de la investigación, creando un entorno amenazador para las partes del caso –y para quienes lo supervisan–. En este sentido, la fiscalía exigió medidas especiales para salvaguardar el proceso.
Trump está convencido de que está siendo sometido a una «caza de brujas» y ha advertido de la «potencial muerte y destrucción» resultante de los cargos en su contra. Pero ahí no queda la cosa, el magnate acusó a Bragg de ser un «animal» respaldado por George Soros –filántropo estadounidense asociado a causas políticas–.
También arremetió contra el juez Merchán, que además supervisó el juicio por fraude fiscal de la empresa familiar de Trump. El magnate escribió en su red social: «El juez asignado a mi cacería de brujas me odia».
Merchán le pidió al expresidente que se abstuviera «de hacer declaraciones que puedan incitar a la violencia o a los disturbios civiles»
Ante todos estos ataques, Merchán le pidió al expresidente que se abstuviera «de hacer declaraciones que puedan incitar a la violencia o a los disturbios civiles», así como que evite la retórica que pueda «poner en peligro el estado de derecho».
Los fiscales argumentaron que era necesario emitir una orden de protección para obligar a Trump a bajar el tono que, según ellos, puso a Nueva York en máxima alerta y obligó a la Policía de la ciudad a tomar medidas de seguridad reforzadas durante las últimas semanas.
El Departamento de Policía de Nueva York desplegó ayer un amplio dispositivo ante posibles disturbios en torno al Tribunal Penal de Manhattan. Las protestas atrajeron brevemente algunos miembros del Partido Republicano como Marjorie Taylor Greene, de Georgia, o George Santos, Nueva York, que mostraron su apoyo a Trump.
El expresidente, sentado en el banquillo de los acusados, escuchó ayer, con semblante serio, los 34 cargos en su contra. Tras la retahíla, se puso en pie y se declaró «no culpable» de todos ellos. La próxima cita entre Trump y los tribunales tendrá lugar, si todo sigue el curso marcado, el próximo 4 de diciembre.