Macron intenta esconder sus «francos» comentarios sobre Taiwán y obliga a eliminarlos de una entrevista

Mientras estaba de gira en China, el presidente francés Emmanuel Macron, fue entrevistado abordo del avión presidencial por tres medios. La condición que se puso desde el Palacio del Elíseo es que se pudiera «corregir» lo dicho por el mandatario.

Político fue uno de esos tres medios que entrevistó a Macron. La entrevista se publicó el domingo citando que el líder francés señalaba que Europa no debe ser un «seguidor» de la agenda estadounidense cuando se trata de tensiones entre China y Taiwán.

Macron le dijo al medio en cuestión que las naciones europeas deben esforzarse por evitar enredarse en «crisis que no son las nuestras» y deben acelerar el impulso de las industrias de defensa europea para convertir al continente en una «tercera superpotencia» dado que «si las tensiones entre las dos superpotencias aumentan… no tendremos tiempo ni recursos para financiar nuestra autonomía estratégica y nos convertiremos en vasallos».

Tras la publicación, que generó gran revuelo sobre todo por el distanciamiento marcado con EE.UU. en este tema, el Palacio del Elíseo obligó a Politico a eliminar los comentarios sobre Taiwán, no por falsos o por haber sido sacados de contexto sino por «francos».

En una nota al pie del artículo, el medio estadounidense señala que «como es común en Francia» el Palacio del Elíseo solo accedía a la entrevista si los periodistas daban su consentimiento para que «comprobara y 'corrigiera' todos los citas del presidente para ser publicadas».

«Esto viola los estándares editoriales y la política de Politico, pero aceptamos los términos para hablar directamente con el presidente francés», señaló el medio.

Si bien son frecuentes en Francia, las exigencias de los políticos de revisar las entrevistas, principalmente en la prensa escrita, se han vuelto cada vez más controvertidas.

En 2019, dos periódicos regionales, La Voix du Nord y le Télégramme, boicotearon una entrevista con Macron poco antes de las elecciones al Parlamento Europeo con el argumento de que «perturbaría el equilibrio de la cobertura» de los diferentes partidos políticos cinco días antes de la votación.