412 días de guerra en Ucrania
Rusia busca erradicar a los protestantes y ortodoxos ucranianos en los territorios ocupados
Desde el inicio de la invasión rusa a Ucrania y sobre todo desde la anexión de territorios ucranianos a Rusia, Moscú no sólo hace esfuerzos militares para retener los territorios ocupados, sino también un implacable proceso de asimilación religiosa para homogenizar y someter a la población ucraniana bajo el Patriarcado de Moscú.
De acuerdo con el Institute for the Study of War (ISW) «es probable que las autoridades de ocupación rusas estén llevando a cabo una campaña de persecución religiosa sistemática en la Ucrania ocupada».
Desde el 24 de febrero de 2022 «las fuerzas rusas de ocupación han cerrado, nacionalizado o convertido por la fuerza al menos 26 lugares de culto a la Iglesia Ortodoxa Rusa del Patriarcado de Moscú controlada por el Kremlin, mataron o capturaron al menos a 29 clérigos o líderes religiosos, y saquearon, profanaron o destruyeron deliberadamente al menos 13 lugares de culto en la Ucrania ocupada», señala el ISW.
En un informe especial sobre libertad religiosa publicado recientemente por el el centro de estudio estadounidense «estos casos de represión religiosa no son incidentes aislados, sino más bien parte de una campaña deliberada para erradicar sistemáticamente las organizaciones religiosas 'indeseables' en Ucrania y promover el Patriarcado de Moscú».
Ortodoxos ucranianos, los más atacados
Es probable que las persecuciones religiosas rusas también formen parte de una «campaña de genocidio cultural ruso y limpieza étnica destinada a extirpar la idea de una nacionalidad ucraniana independiente o una Iglesia ortodoxa ucraniana».
Según detalla el ISW, la campaña de persecución religiosa de del Kremlin busca erradicar la Iglesia Ortodoxa Autocéfala (independiente) de Ucrania (OCU), que Moscú considera cismática a pesar de la decisión del Patriarca Ecuménico de Constantinopla en 2019 de otorgar a la Iglesia Ortodoxa Ucraniana su independencia del Patriarcado de Moscú.
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«Es probable que las autoridades de ocupación rusas estén eliminando sistemáticamente las iglesias de la OCU en la Ucrania ocupada» agrega la investigación del ISW indicando que el 34 % de los eventos de persecución reportados se dirigieron contra la OCU, lo que la convierte en el grupo religioso más atacado.
También contra la minoría protestante
Tras los ortodoxos ucranianos, «las víctimas más comunes de la persecución religiosa rusa son los protestantes, particularmente los bautistas evangélicos» indica el informe del ISW.
Los protestantes de todas las denominaciones fueron víctimas del 34 % de los eventos de persecución documentados. Los bautistas constituyeron el 13 % de las víctimas, el grupo más grande después de los ortodoxos ucranianos.
ISW documentó actos de persecución contra de bautistas cerca de las ciudades ocupadas de Severodonetsk, Lysychansk, Mariupol y Melitopol confirmando que «la persecución de las fuerzas rusas contra los protestantes es más intensa en el sur de Ucrania».
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La investigación del ISW recoge testimonios de testigos que indican que «la conducta de los soldados rusos hacia los protestantes en la Ucrania ocupada es brutal». De marzo a noviembre de 2022, las tropas rusas se apoderaron de un instituto educativo evangélico bautista ucraniano con sede en Jersón y establecieron en el edificio una guarnición y un crematorio para cremar a los soldados rusos muertos.
El rector del instituto denunció que los soldados rusos acosaron repetidamente a los bautistas, llamándolos «espías estadounidenses», «sectarios» y «enemigos del pueblo ortodoxo ruso».
«Retratar falsamente a Rusia»
Ciertamente el presidente Vladimir Putin presenta constantemente a Rusia como el defensor de los «valores cristianos» tradicionales que también apoyan las religiones ortodoxa, islámica, judaísmo y budista.
Sin embargo, de acuerdo con el mismo informe, «Moscú utiliza esta operación de información para acusar a Ucrania de intolerancia religiosa hacia el Patriarcado de Moscú y ganar el favor de las comunidades religiosas de todo el mundo. Esta operación de información no coincide con las represiones religiosas rusas sobre el terreno».