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El presidente de Rusia, Vladimir Putin y el patriarca Kirill

El presidente de Rusia, Vladímir Putin y el patriarca KirillEuropa Press

Confirmado: el patriarca ortodoxo de Moscú fue agente del KGB

Su Beatitud Kirill, cuyo nombre en clave era Mijailov, redactó informes para los servicios secretos soviéticos, cuando era representante ante el Consejo Mundial de las Iglesias, en Ginebra

El patriarca ortodoxo de Moscú y de toda Rusia, Kirill, fue efectivamente un espía del tristemente célebre KGB: los rumores que siempre han acompañado a la figura de la máxima autoridad religiosa rusa han sido confirmadas.

Dos medios de información suizos, Sonntagszeitungit y Le Matin Dimanchenquête, han rebuscado a fondo en archivos desclasificados y han sacado a la luz una parte del pasado inconfesable de Vladimir Gundyaev, actual patriarca ruso.

Según estas investigaciones, ya no queda ninguna duda: en los años setenta, era efectivamente un espía del servicio secreto soviético destinado en Ginebra bajo el seudónimo de Mikhaylov.

Los periódicos suizos publican una foto del joven sacerdote Gundyaev, de 24 años, esquiando en plena Guerra Fría en las montañas del interior de Suiza en 1971.

Nombre en clave era Mijailov

Los dos medios de comunicación han podido consultar el expediente en los archivos federales suizos. A principios de la década de 1970, el patriarca, que apoya fervientemente la invasión rusa de Ucrania, vivió en Ginebra para representar oficialmente al patriarcado de Moscú en el Consejo Mundial de Iglesias (CMI). La misión de Kirill, cuyo nombre en clave era Mijailov, era también influir en este consejo, infiltrado por el KGB en los años setenta y ochenta.

Una ficha, elaborada por la policía federal, «confirma que 'Monseñor Kirill', como se le llama en este documento, pertenece al KGB», el servicio de inteligencia exterior de la Unión Soviética.

El objetivo de los soviéticos era conseguir que la institución ginebrina denunciara a Estados Unidos y a sus aliados y moderara sus críticas a la falta de libertad religiosa en la URSS, señalan los diarios.

El Patriarca Kirill y la Iglesia Ortodoxa Rusa han declinado hacer comentarios sobre esta investigación. El Consejo Mundial de Iglesias declaró al Sonntagszeitung que no disponía de información al respecto.

«Bajo estricto control del KGB»

Le Matin Dimanche ha entrevistado al sobrino del patriarca, Mijail Goundiaev, que le sucedió como representante del patriarcado de Moscú en Ginebra, quien asegura que su tío «no era un agente, aunque estuviera bajo 'estricto control' del KGB».

Esto, añade, «no empañó la sinceridad de su compromiso con el trabajo ecuménico con otras iglesias», declaró Goundiaev al periódico.

Apoyo a Putin y la invasión de Ucrania

El Patriarca Kirill se encuentra actualmente bajo sanciones de Europa por sus posiciones de apoyo a la guerra en Ucrania.

En este año de acciones bélicas ha bendecido soldados, ha bendecido armas, ha incitado a la guerra contra un Occidente corrupto, ha dispensado varias bendiciones al presidente Putin, dándole las gracias por iniciar la limpieza en Ucrania y por defender Moscú de los nazis occidentales.

Al Papa Francisco le hubiera gustado reunirse con él, pero las relaciones se enfriaron en su momento a raíz de un comentario que hizo a un periódico. El pontífice había llamado a Kirill «monaguillo de Estado», pero una desafortunada traducción del italiano al ruso acabó complicando las relaciones, dado que la versión más ofensiva de «adulador» había llegado inicialmente a la sede del Patriarcado.

Hace unos días, el ministro de Asuntos Exteriores del Vaticano, monseñor Paul Gallagher, explicó en una entrevista a Tass que ambos se reunirían, pero solo cuando termine la guerra, para que las cuestiones teológicas que llevan años discutiendo y que siguen sin resolverse no se vean influidas por el clima bélico del momento. Al mismo tiempo, confirmó que los canales de diálogo entre el patriarcado de Moscú y el Vaticano están siempre abiertos.

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