
El portaaviones chino Shandong maniobrando durante un ejercicio militar alrededor de Taiwán
Taiwán se harta de las maniobras militares de China alrededor de la isla y ordena «responder de forma estricta»
Los ejercicios, según Pekín, pretenden ser una «seria advertencia» que sirva para «disuadir a las fuerzas separatistas de Taiwán»
Este martes, China anunciaba nuevas maniobras cerca de Taiwán en las que participarían la Armada, Fuerzas Aéreas, el Ejército y cohetes para «acercarse a la isla desde múltiples direcciones» y como «una seria advertencia a las fuerzas separatistas que buscan su independencia».
El Comando del Teatro Oriental de Operaciones firmaba un comunicado en el que anunciaban que los ejercicios «se centran principalmente en patrullas de preparación para el combate marítimo-aéreo, ataques a objetivos marítimos y terrestres, y bloqueos en zonas clave y rutas marítimas para poner a prueba la capacidad de operaciones conjuntas de nuestras tropas».
Estas maniobras responden a un discurso del presidente taiwanés, William Lai, en el que se anunciaban diecisiete medidas para contrarrestar la «infiltración» del Partido Comunista chino en su territorio. Calificó al gigante asiático de «fuerza externa hostil», algo que fue considerado en Pekín como una provocación.
Según el portavoz del Comando, el coronel Shi Yi, los ejercicios pretenden ser una «seria advertencia» que sirva para «disuadir a las fuerzas separatistas de Taiwán». «Son, además, una medida legítima y necesaria para salvaguardar la soberanía y la unidad nacional de China», agregaba.Responder «de forma estricta»
El presidente taiwanés respondía al anuncio de estas maniobras ordenando a los departamentos de seguridad nacional y defensa que respondan «de forma estricta». La portavoz Karen Kuo decía que todos los organismos implicados tienen «un control total» de los ejercicios.
Igualmente, calificaba el movimiento de Pekín como «acciones unilaterales» en el estrecho de Taiwán y el Indopacífico, que han «socavado la seguridad y la estabilidad regionales» de una forma descarada. Así, consideraba la paz en la región como una «responsabilidad compartida».
Además de condenar el comportamiento y subrayar la determinación de Taiwán de «salvaguardar la paz y la estabilidad en el estrecho», reclamaba a China a regresar «a un orden internacional basado en reglas y contribuir a la seguridad, estabilidad y desarrollo próspero de la región»