El dantesco escenario migratorio que ha llevado a Meloni a declarar el estado de emergencia en Italia

Las costas italianas registraron esta semana la llegada por mar de más de 3.000 inmigrantes procedentes de África en tres días.

Otros dos barcos, uno con 400 inmigrantes y otro con 800, se dirigen hacia las costas italianas remolcados por la Guardia Costera italiana, según informó la ONG Sea Watch, y su llegada está prevista para las próximas horas.

Desde el inicio de 2023, han llegado a Italia más de 31.000 inmigrantes, una cifra muy superior a la registrada en el primer trimestre de 2022, que fue de 3.000 inmigrantes.

Las cifras hacen temer que 2023 marque un nuevo máximo de llegadas de inmigrantes que supere las 181.000 llegadas de 2016.

En las últimas horas, 10 inmigrantes se ahogaron frente a las costas de Túnez cuando trataban de cruzar el Mediterráneo y llegar a Italia en una frágil embarcación.

La Organización Internacional para las Migraciones (OIM), agencia de la ONU, señaló que la ruta migratoria del Mediterráneo Central ha registrado en el primer trimestre del presente año 441 muertes de migrantes.

El suceso más trágico ha sido el producido el 27 de febrero frente a las playas de Steccato di Cuatro, en Calabria, donde murieron más de 100 personas en el naufragio de un bote procedente de Turquía.

No fue el único. Otros 30 inmigrantes murieron en el Mediterráneo frente a las costas de Libia. El goteo es incesante y el gobierno italiano siente que su país se ha convertido en un objetivo prioritario de las mafias que trafican con personas que lanzan desde las costas africanas a cientos de inmigrantes a una probable muerte en el Mediterráneo.

Este es el dantesco escenario que ha justificado que el gobierno presidido por Giorgia Meloni haya decidido declarar el estado de emergencia en todo el territorio nacional con una duración de seis meses «debido al excepcional aumento del flujo de personas migrantes por medio de las rutas del Mediterráneo».

«Hemos decidido aplicar el estado de emergencia sobre la inmigración para dar respuestas más eficaces y contundentes a la gestión de flujos», declaró Meloni al finalizar el consejo de ministros.

El estado de emergencia permitirá agilizar los trámites para la acogida, identificación y repatriación de los inmigrantes que no cumplen los requisitos para permanecer en el territorio nacional.

Además, permitirá aliviar los puntos de acogida primaria que se encuentra sobresaturados en este momento.

El principal foco está puesto en la isla mediterránea de Lampedusa, en cuyo centro de acogida de inmigrantes se encuentran ahora 1.200 personas, cuando está preparado para 400.

El gobierno ha aprobado también liberar 5.000.000 de euros del Fondo de Emergencias Nacionales para financiar las intervenciones más urgentes que permitan aliviar la situación.

La iniciativa ha partido del ministro del Interior, Matteo Piantedosi, que ha presentado en el último consejo de ministros los datos que ilustran el «fuerte incremento de los flujos migratorios hacia Italia registrados este año, que ha provocado una situación de gravísima sobresaturación en los centros de primera acogida y, en particular, en el hotspot de Lampedusa».

El informe presentado al gobierno por Piantedosi presentaba también una serie de predicciones que apuntaban a un «incremento de las llegadas en los próximos meses».

Parte del fondo de 5.000.000 de euros aprobado, de hecho, irá destinado a la construcción de nuevas infraestructuras en la isla de Lampedusa «adecuadas a las exigencias de acogida, identificación y repatriación de los inmigrantes que no cumplen con los requisitos para la permanencia en el territorio nacional».

Según la agencia ANSA, fuentes del gobierno aseguraron que las actuaciones del estado de emergencia contarán con la experiencia de la Protección Civil y la Cruz Roja Italiana en la atención a los inmigrantes recién llegados.

La UE «toma nota»

En el gobierno italiano no ocultan que la declaración del estado de emergencia es una medida desesperada para forzar a la Unión Europea a actuar, a la que acusan de desentenderse del problema.

«La solución al problema sólo está ligada a una intervención consciente y responsable de la Unión Europea», declaró el ministro de Protección Civil y Políticas Marítimas, Nello Musumeci, al explicar la medida.

También el vicepresidente del gobierno italiano, Matteo Salvini, justificó la medida ante la inactividad de las instituciones europeas.

«Que Europa despierte e intervenga. Llevan años discutiendo, pero nunca han movido un dedo y es el momento de demostrar que existe una comunidad, una Unión, y que la solidaridad no sólo es responsabilidad de Italia», defendió.

La Unión Europea, por el momento, no se ha dado por aludida. «Tenemos que ver los detalles de la medida antes de comentarla», explicó la portavoz de Interior de la Comisión Europea. «La Comisión toma nota», añadió.