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El periodista estadounidense Evan Gershkovich, arrestado por cargos de espionaje

El periodista estadounidense Evan Gershkovich, arrestado por cargos de espionajeAFP

418 días de guerra en Ucrania

Quién es Evan Gershkovich, el periodista del WSJ acusado de «espionaje» por Rusia

El reportero estadounidense multiplicó los artículos en los que contaba cómo los rusos viven el conflicto, tras el inicio de la guerra de Ucrania

Rusia acostumbra a acabar con la oposición y las críticas a través de tres métodos: el exilio, la muerte o la cárcel. La ley de agentes extranjeros ha permitido a El Kremlin cerrar y prohibir cualquier organización o medio de comunicación que perciba como una amenaza.

La represión ha ido a más desde que el presidente ruso, Vladimir Putin, ordenara el inicio de la «operación militar especial», o lo que es lo mismo la guerra en Ucrania. Muchos periodistas y reporteros extranjeros se vieron obligados a abandonar el país al no poder cubrir con libertad el conflicto y por miedo a hacer frente a penas de prisión.

El reportero estadounidense Evan Gershkovich fue uno de los periodistas extranjeros que decidió quedarse en Rusia, a pesar de las dificultades. Gershkovich lleva ya seis años trabajando para The Wall Sreet Journal desde el país euroasiático. Actualmente se enfrenta a 20 años de prisión por estar acusado de «espionaje».

Se trata del un caso de gravedad inédita contra un periodista extranjero. El reportero ha comparecido este martes en una audiencia de apelación provisional. Sin embargo, el tribual ha rechazado la solicitud de liberación de Gershkovich, por lo que seguirá detenido en el país.

El periodista estadounidense, hijo de emigrantes soviéticos, habla un ruso perfecto y, tras iniciarse la invasión de Ucrania, multiplicó los artículos en los que contaba cómo los rusos viven el conflicto, y se entrevistó con los familiares de soldados muertos y con detractores de Putin.

«No pierdo la esperanza», compartió en una carta dirigida a sus padres desde la cárcel de Lefortovo, y publicada por el WSJ. Según su madre, Ella Milman, entrevistada por ese diario, Evan decidió proseguir su trabajo en Rusia pese a los riesgos, porque veía como un «deber» seguir escribiendo sobre un país cada vez más cerrado.

En el momento de su detención en Ekaterimburgo, en los Urales, parecía estar trabajando sobre la industria del armamento y el grupo paramilitar Wagner. El sumario está bajo secreto, por lo que es imposible saber en este momento de qué se le acusa exactamente.

El Kremlin se limitó a decir que fue sorprendido «en flagrante delito» de espionaje, pero sin dar más detalles. Sus amigos sostienen que Evan Gershkovich estaba haciendo su trabajo, más allá de que supiera que el FSB, el servicio secreto ruso, lo tenía en el radar.

«Sabía que había sido seguido –por los servicios de seguridad–, por algunos artículos, y que algunas de las personas con las que habló podían estar sujetas a presiones», revela Pjotr Sauer, periodista del diario británico The Guardian, en declaraciones a Afp. «Pero creo que no vio venir esto», su detención, agrega.

Y es que para Evan Gershkovich, como para otros periodistas occidentales en Rusia, la acreditación entregada por la cancillería rusa parecía una protección suficiente.

«Extremadamente sociable»

Antes de la contienda, el periodista, originario de Nueva Jersey, destacó por su empeño en escribir sobre Rusia, el país de sus raíces, y del que conoció las reglas y las supersticiones a través de sus padres, judíos soviéticos que huyeron de allí en los años 1970.

Licenciado en inglés y filosofía, Evan decidió hacer el camino contrario e instalarse en Rusia. En 2017 dejó un empleo de asistente de redacción en el New York Times para incorporarse al Moscow Times, el principal medio anglófono de la capital.

Durante unos cuatro años relató la represión de la oposición, las catástrofes ecológicas, los estragos del covid o las tradiciones rusas, como el arte del «bania», la sauna rusa que frecuentaba.

«Siempre ha sido extremadamente curioso de la vida, de lo que sucede alrededor de él, y extremadamente sociable», enumera Pjotr Sauer a Afp.

La agencia de noticias francesa recuerda cuando Gershkovich entró a sus oficinas en Moscú a finales de 2020, y siguió en esa línea, contando por ejemplo la historia de un opositor ruso en campaña desde su prisión, o el día a día de los bomberos enfrentados a grandes incendios en Siberia.

A inicios de 2022, al unirse al Wall Street Journal, Evan Gershkovich cumplió su sueño de periodista: trabajara para uno de los diarios más renombrados de Estados Unidos. También durante este tiempo, Evan se ilustró además por su sentido del humor.

En una carta a sus padres, ironizó con que la cocina de su madre lo había preparado «para lo mejor o para lo peor en la prisión», refiriéndose al gruau, un plato muy consistente y barato que se sirve tanto en los hogares rusos como en las celdas.

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