África
Ramadán sangriento en Sudán: los combates no cesan y aumentan las víctimas civiles
El estallido de violencia se ha cobrado ya la vida de más de 400 personas y deja más de 3.5000 heridos
El Ejército y los paramilitares continúan sus combates en Sudán, con explosiones y disparos en varias zonas de Jartum este viernes por la mañana, pese a las peticiones de una tregua con motivo del fin del Ramadán.
El estallido de violencia se ha cobrado ya la vida de más de 400 personas y ha dejado más de 3.5000 heridos, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Un total de «413 personas murieron y 3.551 resultaron heridas», informó Margaret Harris, portavoz de la OMS, en una conferencia de prensa en Ginebra. James Elder, portavoz de Unicef, señaló que «al menos nueve niños murieron en los combates y más de 50 resultaron heridos».
Este viernes, y como viene siendo habitual desde el pasado 15 de abril, la capital de Sudán ha sido escenario de disparos y ataques aéreos entre las fuerzas de los dos generales que se disputan el poder en el país.
«Durante la noche (...), numerosos barrios de Jartum fueron bombardeados y son todavía objeto de bombardeos entre el ejército y las Fuerzas de Apoyo Rápido» paramilitares, declaró el viernes el sindicato de médicos.
La víspera, la ONU y Estados Unidos habían solicitado una tregua de «al menos» tres días para permitir a los civiles celebrar la fiesta del Eid al-Fitr, que marca el final del mes de ayuno musulmán del Ramadán.
Sin embargo, el jefe del Ejército, Abdel Fatah al Burhan, descartó el jueves negociar con su otrora número dos, Mohamed Hamdan Daglo, el jefe de las paramilitares Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR).
Sin embargo, sí anunciaron el viernes «su acuerdo para una tregua de 72 horas» que dé un respiro a los sudaneses atrapados en este fuego cruzado.
En el mismo momento, el general Burhan aparecía por primera vez en la televisión estatal desde el inicio de los combates para un discurso con motivo de la fiesta del Eid, en el que no mencionó ninguna tregua.
«Nuestro país sangra»
«En el Eid de este año, nuestro país sangra: la destrucción, la desolación y el ruido de balas prevalecen sobre la alegría», declaró el jefe del Ejército de Sudán.
«Esperamos que saldremos de este prueba más unidos (...), un solo ejército, un solo pueblo», dijo con uniforme militar entre dos banderas sudanesas.
Los cinco millones de habitantes de Jartum empiezan así la séptima jornada bajo el ruido de bombardeos aéreos, explosiones y combates callejeros.
«Nos gustaría que los combates pararan por el Eid, pero sabemos que no ocurrirá», decía el jueves a Afp Abdallah, habitante capitalino.
En una entrevista telefónica con la cadena Al Jazeera, Burhan adelantó el jueves que no había espacio «para negociaciones políticas» con su rival.
Si el general Daglo, apodado Hemedti, no abandona su intento de «querer controlar el país», será «aplastado militarmente», advirtió.
Durante la jornada, Burhan recibió llamadas del secretario general de la ONU, los presidentes de Sudán del Sur y Turquía, el primer ministro etíope y los jefes de la diplomacia estadounidense, saudita y catarí.
En la capital, numerosas familias agotan sus últimos víveres y no disponen de electricidad o agua corriente. Muchos intentan huir entre puntos de control de ambos bandos y cadáveres desparramados por las calles.
También numerosos civiles se han marchado al extranjero para escapar de la violencia, concentrada principalmente en Jartum y en la región occidental de Darfur.
Entre 10.000 y 20.000 personas, la mayoría mujeres y niños, cruzaron la frontera hacia Chad, según el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR).