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Santiago Peña Paraguay

El presidente de Paraguay y candidato del Partido Colorado, Santiago Peña, tras votarAFP

Las acusaciones cruzadas de fraude y la afluencia masiva de votantes marca las elecciones en Paraguay

Tanto el partido oficialista como el opositor se acusan de manipular el voto en los colegios electorales, incluso mediante grupos armados

Los colegios electorales en Paraguay, que celebra este domingo elecciones presidenciales y legislativas, abrieron con bronca partidista desde primera hora de la mañana.

Los principales partidos concurrentes, el oficialista Partido Colorado y el opositor Concertación Nacional, se acusaron de forma mutua de fraude.

Las acusaciones son de lo más variadas: desde el envío de grupos armados para forzar a los electores a votar por un determinado partido, hasta la colocación de urnas falsas en los distritos donde el voto contrario es mayoritario.

Otra de las grandes polémicas del día es la del voto asistido que, a pesar de estar prohibido, se está produciendo de forma masiva.

Tribunal de Justicia Electoral recordó que el voto asistido sólo está autorizado para los amputados de brazos y para los ciegos.

Sin embargo, muchas personas mayores están acudiendo a votar con asistencia, lo que, según el Tribunal de Justicia Electoral, puede generar fraude.

Este domingo están llamados a las urnas 4,8 millones de ciudadanos para elegir al presidente de la República, senadores, diputados y gobernadores.

La principal incógnita, según las encuestas de los últimos días, es si Santiago Peña, candidato del oficialista Partido Colorado, se impondrá o no al opositor Efraín Alegre, líder de la Concertación, un conglomerado de partidos de centro izquierda. Las encuestas más recientes arrojan un empate técnico entre ambos aspirantes.

La apertura de las mesas de votación comenzó a las 7.00 hora local (11.00 GMT), en el inicio de una jornada que se prevé que sea de intenso calor, y aunque las autoridades aún no han facilitado datos de participación, las imágenes de los canales de televisión dan cuenta de largas filas en los locales de votación.

El sufragio en Paraguay es obligatorio, pero las sanciones en caso de abstención son tenues y en la mayoría de los casos no llegan a implementarse, de modo que, en la práctica, la asistencia a los locales de votación tiene un alto grado de voluntariedad.

Tanto el oficialismo como la oposición se han acusado de inducción al voto en varias mesas. El coloradismo habla incluso de «intentos de conatos de violencia en algunos locales del centro del país», mientras que la oposición asegura que en un local de Yby Pytá (interior del país) grupos armados vinculados al narcotráfico y al oficialismo están impidiendo ejercer el derecho al voto.

En el local electoral donde votó el expresidente Horacio Cartes, miembros de su equipo de seguridad arrojaron al suelo al periodista de ABC Color, Brian Cáceres, cuando el informador intentaba hacer algunas preguntas al también presidente del Partido Colorado, quien a finales de enero las autoridades de Estados Unidos sancionaron por considerarlo «significativamente corrupto».

Los paraguayos residentes en el extranjero también están emitiendo su voto en las mesas instaladas en Argentina, Brasil, Estados unidos y España, países donde se concentra la mayoría de la comunidad emigrante.

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