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El candidato oficialista y ahora presidente electo de Paraguay Santiago Peña junto a sus seguidoresLuis Robayo / AFP

Elecciones presidenciales en Paraguay

El triunfo de la derecha en Paraguay salva a Taiwán de perder su único aliado en Sudamérica

El candidato izquierdista Efraín Alegre, quien fue derrotado este domingo, criticó las relaciones con Taipéi y quería establecer lazos con Pekín

En las elecciones presidenciales de Paraguay no sólo estaba en juego un giro a la izquierda en otro país sudamericano, sino también la relación de larga data de Asunción con Taiwán, que representa ya la única en la región tras una ofensiva de Pekín para aislar aún más a los demócratas de Taipéi.

Aunque la ruptura de los lazos diplomáticos con Taiwán no fue un tema central de la campaña, el triunfo de la derecha y la elección de Santiago Peña provocó alegría en isla asiática, donde se contenía la respiración ante el riesgo de perder un aliado fundamental que brinda al Gobierno de Taipéi reconocimiento internacional que Pekín rechaza y repudia.

La cuestión ha sobrevolado la campaña paraguaya desde que el candidato opositor Efraín Alegre criticara las relaciones de Asunción con Taipéi y expresara la posibilidad de establecer lazos con Pekín.

Alegre, candidato por una coalición opositora de izquierdas llamada Concertación Nacional y exministro de obras públicas del expresidente Fernando Lugo, cuestionó la conveniencia de que Paraguay siga reconociendo a Taiwán en lugar de China.

Las relaciones con Taiwán significan la pérdida de uno de los mercados más grandes, que es ChinaEfraín AlegreCandidato opositor de Paraguay

«Mantenemos esa posición crítica hacia las relaciones con Taiwán porque no vemos que haya una compensación», explicó a la agencia de noticias Reuters tras ser nominado en diciembre.

Un vínculo ideológico

El vínculo diplomático de Paraguay con Taiwán, que permite a la isla tener una embajada con plenas funciones en Asunción, ha tenido históricamente una base ideológica. El presidente paraguayo, Mario Abdo, visitó Taipéi en febrero y sostuvo que la isla es «un faro de la democracia en la región».

Las relaciones bilaterales se establecieron en 1957, cuando el régimen militar y anticomunista paraguayo de Alfredo Stroessner reconoció al Gobierno de la isla, a cargo de republicanos nacionalistas vencidos en la guerra civil china por los comunistas liderados por Mao Zedong.

El presidente paraguayo Mario Abdo junto a la presidenta Tsai Ing-wen en Taipéi@iingwen

Mientras Paraguay mantuvo esa relación hasta hoy, otros países rompieron con Taiwán y establecieron lazos con el régimen de Pekín desde 2007 (entre ellos varios hispanoamericanos: Costa Rica, Panamá, El Salvador, República Dominicana, Nicaragua y, a partir de marzo, Honduras).

Sin embargo, la elección de Peña, el candidato del Partido Colorado al cual pertenece Abdo y que gobierna Paraguay desde 1947 excepto por un lustro, ha dicho que la relación con Taiwán que piensa mantener «no conoce de precios, conoce de principios y valores».

La relación con Taiwán no conoce de precios, conoce de principios y valoresSantiago PeñaCandidato oficialista y presidente electo de Paraguay

Durante la campaña Taipéi dijo que trabajaría con quien ganara las elecciones en Paraguay, pero insistió en que China quería «arrebatarle» a su aliado sudamericano.

El lazo con Asunción representa para la pequeña isla amenazada por el régimen comunista de Pekín «una importancia simbólica crítica», señala Margaret Myers, directora del programa de Asia y América Latina del Diálogo Interamericano, un centro de análisis regional con sede en Washington.

«Estamos ante un grupo tan pequeño de aliados diplomáticos duraderos (para Taiwán) que perder más aún sería un golpe enorme, sobre todo después de la decisión de Honduras de hacer lo mismo», dice Myers a BBC Mundo.