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El candidato presidencial turco Kemal Kilicdaroglu, líder del opositor Partido Republicano del Pueblo (CHP)EFE

Elecciones clave en Turquía

La sombra de la interferencia rusa en las elecciones de Turquía enciende las alarmas

A medida que se acerca el domingo, la atmósfera política en el país euroasiático se vuelve cada vez más tensa

parece imposible escapar de los tentáculos de Rusia. Una nueva sospecha sobrevuela sobre el Kremlin y los rumores sobre la interferencia rusa en las elecciones de Turquía retumban cada vez con más fuerza, tanto que el eco ha llegado hasta Moscú y han tenido que salir a desmentir las acusaciones.

El principal rival del presidente turco Recep Tayyip Erdogan de cara a las elecciones de este domingo, Kemal Kilicadaroglu, ha acusado al Kremlin de estar interfiriendo en unos comicios vitales tanto para Turquía como para sus socios y vecinos.

Kilicadaroglu explotó en su cuenta personal de Twitter y acusó a Moscú de estar detrás de la filtración de un vídeo, aparentemente de contenido sexual, que obligó ayer a otro candidato a la Presidencia turca a retirarse de la carrera, a tres días de los comicios.

«Vosotros estáis detrás de los montajes, conspiraciones, contenidos de Deep Fake, cintas que se revelaron ayer en este país. Si queréis que nuestra amistad continúe después del 15 de mayo, quitad la mano del Estado turco. Seguimos estando a favor de la cooperación y la amistad», compartió Kilicadaroglu.

En este sentido, las declaraciones del principal rival de Erdogan contradicen la estrategia del Kremlin en las elecciones turcas. Moscú sería más afín a una reelección de Erdogan, ya que Kilicadaroglu mantiene una agenda europeísta. Aunque en una entrevista a Efe aseguró que, de salir elegido, mantendría las buenas relaciones de Turquía con Rusia.

La revelación de un supuesto vídeo de contenido sexual y la retirada del candidato Muharrem İnce, a última hora de ayer, perjudicaría al actual presidente turco. Los analistas y medios turcos han señalado que la candidatura de Ínce, que en 2018 fue candidato por el partido CHP, liderado por Kilicadaroglu, restaba apoyos a este último.

«Declaramos oficialmente que no se puede ni hablar de injerencia y si alguien ha trasladado tal información al señor Kilicadaroglu, son unos farsantes», ha declarado el portavoz de la Presidencia rusa, Dmitri Peskov, en una rueda de prensa.

Las relaciones entre Rusia y Turquía, con Erdogan en el poder, se han consolidado, sobre todo, a través de acuerdos económicos. Una unión indiscutiblemente necesaria y que le ha otorgado al presidente turco un balón de oxígeno, en un país cuya inflación ha llegado a rozar el 84 % y la lira turca se ha devaluado de manera drástica.

De hecho, Erdogan hizo gala de la sintonía con el presidente ruso, Vladimir Putin, y de la importancia de su relación con Moscú, cuando eligió como acto estrella de su campaña electoral, la inauguración de la primera central nuclear construida por Rusia, en el sureste de Turquía. A cambio, Ankara no ha secundado las sanciones a Rusia por la invasión de Ucrania y se ha convertido en el puente idóneo para evadir las restricciones occidentales.