Sinan Ogan, el ultranacionalista turco cuyo apoyo decantará la balanza entre Erdogan o Kilicdaroglu

Las elecciones en Turquía del pasado domingo se plantearon como un referéndum sobre la figura del presidente turco, Recep Tayyip Erdogan. La participación fue inmejorable, un 89 %, los turcos eran conscientes de que en estos comicios se jugaban su futuro.

Votar por Erdogan suponía apostar por la línea dura, el conservadurismo y la islamización del país euroasiático. La otra cara de la moneda estaba representada por Kemal Kilicdaroglu, líder de la Mesa de Seis, una coalición de seis partidos, cuyo único punto en común es acabar con el sultanato de más de 20 años del presidente turco.

Ninguno de los los dos candidatos a la Presidencia de Turquía pasó el examen con suficiente nota como para proclamar la victoria en la primera ronda. El tenso recuento de votos, que la oposición denunció que no se habían contabilizado de forma limpia, acabó con Erdogan al borde de la victoria, con un 49,5 %, mientras que Kilicdaroglu se quedó en el 44,9%.

Al no haber superado ninguno de los dos candidatos el 50 % de los votos, ambos se volverán a medir en una segunda vuelta, el próximo 28 de mayo. Pero, la sorpresa vino de la mano del candidato ultranacionalista Sinan Ogan, que aglutinó un 5,1 % de los votos, es decir, casi tres millones de personan eligieron a Ogan, en la batalla por la Presidencia de Turquía.

El apoyo del candidato ultranacionalista será decisivo para decantar la balanza entre Erdogan o Kilicdaroglu. Los candidatos ya se han puesto manos a la obra, para atrapar en sus redes al tercero en discordia. El Partido Justicia y Desarrollo (AKP), de Erdogan, se ha puesto en contacto con Ogan, así como Kilicdaroglu.

El político turco aún no se ha posicionado sobre a quién cederá su apoyo, pero sí ha delimitado sus «líneas rojas», las mismas que defendió a ultranza durante la campaña electoral. Estas se centran, sobre todo, en la expulsión de los refugiados sirios y el rechazo a la presencia de kurdos en la esfera política turca.

En un primer momento, Ogan parece estar más en sintonía con la línea ideológica marcada por Erdogan, además fue diputado del partido ultranacionalista MHP, aliado del presidente turco en el Parlamento. Aun así, el político turco evita pronunciarse a la espera de la oferta más tentadora.

Apodado como el «creador de reyes» por la prensa local, Ogan ya adelantó que «aquellos que no se distancien del terrorismo no deben acudir a nosotros». A ojos de los nacionalistas turcos, tanto Erdogan como Kilicdaroglu cuentan con el apoyo de formaciones kurdas alineadas con grupos terroristas.

Además del escollo de los kurdos, Ogan defiende que Turquía es un estado democrático y secular, una realidad que choca frontalmente con la deriva autoritaria e islamista emprendida por Erdogan. El ultranacionalista también defiende la expulsión de los refugiados sirios del país, a quienes culpa de la situación económica.

Una nueva «línea roja» que difiere con la que mantiene el actual presidente turco. Erdogan defiende el acuerdo con la Unión Europea, por el que el país euroasiático recibe una cuantiosa cantidad de dinero a cambio de acoger a los inmigrantes. Sin embargo, Kilicdaroglu sí se ha mostrado crítico con este acuerdo y ha prometido renegociar el acuerdo con la UE y expulsar a los refugiados del país.

Una vez que se han puesto todas las cartas sobre la mesa, Ogan tiene en su mano dar el empujón definitivo a Kilicdaroglu y poner fin a más de 20 años de Erdogan en el poder. Pero, la realidad, hace prever que el principal rival del presidente turco no podrá cumplir con los requisitos de Ogan.

Sin el apoyo de la formación kurda HDP y sus 4,7 millones de votos, Kilicdaroglu se queda sin opciones de ganar la segunda vuelta. Por lo que, Ogan, a la espera de cualquier sorpresa de última hora, se acabará decantando por el presidente turco, a pesar de las numerosas diferencias. Erdogan roza la reelección y espera prolongar así su ya largo sultanato al frente de Turquía.