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Un vehículo blindado del ejército sudanés estacionado en el sur de Jartum, SudánAFP

África

Se recrudecen los combates en Sudán horas antes del inicio de un nuevo alto el fuego

Esta será la primera tregua de siete días en el país africano después de la que finalizó el 11 de mayo, mediada por Sudán del Sur y que no fue respetada

a pesar del nuevo alto el fuego acordado entre los generales rivales en Sudán, los combates volvieron a estallar el domingo y continúan hoy en la capital Jartum. La tregua debía de empezar a aplicarse hoy a las 21:45 (hora local). Sin embargo, y a la vista de los acontecimientos, las esperanzas de un cese de hostilidades son cada vez más efímeras.

«No confiamos en ellos: cada vez que anuncian una tregua retoman los combates inmediatamente», confiesa Adam Issa, un comerciante de Darfur, a la agencia de noticias Afp.

Desde que empezaron los combates el 15 de abril entre el Ejército, dirigido por el general Abdel Fatah al Burhan, y los paramilitares de las Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR), del general Mohamed Hamdan Daglo, cerca de mil personas han muerto y más de un millón han tenido que abandonar sus casas.

En este nuevo acuerdo, auspiciado por Arabia Saudí y Estados Unidos, en Yeda las partes enfrentadas se comprometen a facilitar la llegada y la distribución en el país africano de ayuda internacional urgente, proteger a los civiles y al personal humanitario, y evitar ocupar o utilizar instalaciones civiles o de servicios para fines militares.

Esta será la primera tregua de siete días en Sudán después de la que finalizó el 11 de mayo, mediada por Sudán del Sur, y que –como las anteriores– no fue respetada por las partes, entre acusaciones mutuas de ocupar y utilizar viviendas e instalaciones civiles para fines militares.

En este caso, destaca la creación, por primera vez, de una «Comisión de Supervisión y Coordinación», que integrarán tres representantes de Arabia Saudí, otros tres de EE.UU. y tres de cada una de las partes en conflicto, para monitorear el cumplimiento del Ejército y las FAR del cese de hostilidades.

Durante los siete días, las partes garantizarán que «las Fuerzas bajo su control cesen y desistan de los actos prohibidos» que puedan constituir una «violación de la ley internacional de derechos humanos y del derecho internacional humanitario», subraya el texto del acuerdo.

Se comprometen, asimismo, a «cesar los ataques y hostilidades, incluidos los de francotiradores, ataques aéreos y uso de aviones militares, drones o cualquier arma pesada», así como evitar «el refuerzo de sus defensas» o «reabastecerse, distribuir armas o suministros militares, incluso de fuentes extranjeras», añade.

El entendimiento prohíbe, además, «ocupar hospitales e instalaciones de infraestructura básica» como las de agua, electricidad y combustible, o «usar a los civiles como escudos humanos». En unas horas, Sudán verá si finalmente los cruentos enfrentamientos cesan o, por el contrario, el nuevo acuerdo es una nueva bomba de humo.