Felipe González se opone a blanquear los crímenes de Nicolás Maduro como hacen Lula y Zapatero
Mientras José Luis Rodríguez Zapatero actúa como el principal aliado de Nicolas Maduro en Europa y abandera el blanqueamiento de los crímenes de la dictadura chavista en Venezuela, el también expresidente de Gobierno Felipe González se opone a hacerlo.
«Maduro es responsable de crímenes de lesa humanidad, nunca apoyaré la operación de blanqueo» dijo con contundencia el líder socialista en su intervención durante la presentación del informe del Instituto Casla sobre los crímenes de lesa humanidad que se comenten en Venezuela.
El documento, que abarca de enero de 2022 a enero de 2023, recopila nuevos casos de tortura que se suman a los ya denunciados en informes anteriores por este mismo organismo. Documentos que ya han sido presentados como prueba ante la Corte Penal Internacional (CPI) dentro de una investigación que busca condenar a Maduro y altos jerarcas chavistas por sistemáticas violaciones de derechos humanos.
González agregó frente a varias víctimas del régimen chavista, ahora exiliadas en España, que «el régimen de Maduro sigue robando, torturando, reprimiendo», mientras se produce «un canto de alabanza de que hay que recuperar la comunicación».
El presidente brasileño Lula da Silva aseguró recientemente que contra su aliado venezolano se ha levantado una «narrativa construida» y que queda por construir «una nueva narrativa para darle la vuelta a este juego y podamos vencer definitivamente. Nuestros adversarios tendrán que disculparse».
Ante las palabras de Lula, González insistió «nunca apoyaré la operación de blanqueo de la 'robolución' de Maduro» y, de acuerdo con el ABC, aprovechó a desmarcarse de cualquier concesión al régimen por las supuestas elecciones que organiza para 2024: «Serán unas elecciones, como las que ya perpetró, en las que elegirá cual será el candidato de la oposición al que va a vencer. Ya lo hizo antes, y yo no quiero participar en eso».
Los testimonios aportados por el Instituto Casla a la CPI reflejan cómo las torturas se aplican de forma sistemática no sólo en las sedes de la Dirección General de Contrainteligencia Criminal (Dgcim) y del Servicio Bolivariano de Inteligencia (Sebin), también en centros clandestinos de detención.