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Gustavo Petro (Iz) presidente de Colombia

Gustavo Petro (Iz) presidente de ColombiaDaniel Muñoz / AFP

Colombia

Caen dos altos funcionarios del Gobierno de Petro tras un escándalo de escuchas ilegales y chantaje

Al autodenominado «gobierno del cambio» le llovieron críticas por acudir a las viejas prácticas políticas de la clase política colombiana

El presidente de Colombia, Gustavo Petro, anunció este viernes la salida del gobierno de Laura Sarabia, su mano derecha, y el embajador en Venezuela, Armando Benedetti, muy cercanos al mandatario y salpicados por un escándalo de escuchas ilegales, conspiración y chantaje.

Tras el robo de un maletín con miles de dólares de la casa de Sarabia, su niñera terminó interrogada con polígrafo en la sede presidencial y luego interceptaron sus conversaciones telefónicas con un informe falso de la policía que la vinculaba con narcotraficantes del Clan del Golfo, según detalló la Fiscalía.

Los exfuncionarios compartían la misma niñera y se acusan el uno al otro de chantaje, trampas y conspiración

Benedetti, un poderoso político que apoyó en campaña a Petro, le presentó al mandatario a Laura Sarabia, y quien hasta hoy era embajador en Venezuela se sumó a la intrincada historia en un giro insospechado que deja más preguntas que respuestas. Los exfuncionarios compartían la misma niñera y se acusan el uno al otro de chantaje, trampas y conspiración.

Armando Benedetti

Armando Benedetti, ahora exembajador colombiano en VenezuelaAFP

«Mientras se investiga, mi funcionaria querida y estimada y el embajador de Venezuela se retiran del gobierno para que desde el poder que implican esos cargos no se pueda tener ni siquiera la desconfianza de que se van a alterar los procesos de investigación», declaró Petro en una ceremonia de ascenso de oficiales del Ejército.

«Este gobierno respeta los derechos humanos, no intercepta ilegalmente los teléfonos» de nadie, repitió con insistencia durante el discurso.

Popularidad golpeada

Al autodenominado «gobierno del cambio» le llovieron críticas por acudir a las viejas prácticas políticas.

Las escuchas ilegales han marcado la polarizada historia de Colombia en medio del prolongado conflicto armado y Petro, junto con algunos de sus ministros izquierdistas, fueron víctimas de ello.

Aquí no puede quedar ni mancha ni duda siquiera de que este gobierno va a repetir las suciedades que otros hicieronGustavo PetroPresidente de Colombia

Antes de ocupar sus cargos, el presidente y el ministro de Defensa fueron reconocidos como víctimas de las llamadas «chuzadas» del Departamento Administrativo de Seguridad (DAS), disuelto en 2011.

El DAS, que dependía de la presidencia, se vio envuelto bajo el gobierno de Álvaro Uribe (2002-2010) en un escándalo por escuchas ilegales a magistrados de la Corte Suprema, opositores y periodistas.

En el poder desde agosto, el primer gobierno de izquierda en la historia de Colombia acumula reveses que le han pasado factura a su popularidad. Según una encuesta de Invamer revelada este viernes la aprobación a su gestión pasó de 50% en noviembre a 34% en mayo.

Petro renovó siete ministros en abril, rompió con los partidos tradicionales y dio un giro a la izquierda, en medio de los obstáculos que enfrentan sus reformas para hacerse realidad en el Congreso.

El caso de la niñera

La cuidadora Marelbys Meza fue primero niñera de los hijos de Benedetti hasta junio de 2022, cuando la despidieron por sospechas de robo de miles de dólares tras una prueba con polígrafo que detectó mentiras en su explicación, de acuerdo al exembajador.

Sarabia la contrató en agosto de 2022, luego de consultar con Benedetti, según el propio exdiplomático.

El 30 de enero la niñera fue sometida a una segunda prueba con polígrafo por sospechas de otro robo, esta vez en la casa de Sarabia y que según la exjefa de gabinete correspondía a 7.000 dólares.

Meza contó a medios locales que fue llevada a un sótano anexo a la presidencial Casa de Nariño donde durante cuatro horas le hicieron preguntas intimidantes sobre el robo del maletín. «Me sentí secuestrada, aturdida, ahogada», contó en una entrevista que incendió las redes sociales y fue la punta del iceberg de un escándalo que parecía doméstico pero terminó enlodando al gobierno.

«Con la utilización de un informe falso» los teléfonos de la niñera y una empleada doméstica de Sarabia fueron interceptados bajo sospecha de ser dos aliadas del Clan del Golfo, la banda narco más grande del país, según la Fiscalía.

Según versiones de prensa, Sarabia acusa a Benedetti de tenderle una trampa y chantajearla con la no publicación de la entrevista de la niñera a cambio de un ministerio.

El exembajador, que trasladó a Meza en un vuelo privado a Caracas donde la niñera permaneció varios días, dice que él trataba de ayudar a Sarabia y es ella quien «está manipulando la información y esa cortina de humo que no justifica el abuso de poder, el secuestro y la intimidación», según un mensaje en su cuenta de Twitter.

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